MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional de médicos especializados en genética y trasplante, en el que participan expertos españoles, está investigando si las variantes de los genes afectan o no a los éxitos y fracasos de los trasplantes.
El proyecto, conocido como Red de Genética Internacional e Investigación Traslacional en el Trasplante (iGeneTRAiN, por sus siglas en inglés) y publicado en 'Genomic Medicine y Transplantation', cuenta además con la participación de más de 30 instituciones de investigación de todo el mundo.
Cada año se realizan en España algo más de 4.300 trasplantes de órganos, un procedimiento que, aunque consigue alargar la vida de los pacientes, su éxito sigue estando limitado por los problemas que se presentan cuando el sistema inmunitario del receptor rechaza el nuevo órgano, además de otras complicaciones.
"El conjunto de bases de datos genéticas incluidas en este proyecto son, con mucho, el más grande jamás encontrado en el campo de la genómica en el trasplante. Queremos revolucionar nuestro entendimiento respecto a cómo los resultados del trasplante se ven afectados por las variantes genéticas, y utilizar estos hallazgos para mejorar los resultados en el futuro", ha explicado el cardiólogo y director de la Unidad de enfermedades genéticas cardiacas del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, Pablo García Pavía.
De hecho, existen estudios a gran escala realizados hace años que han relacionado variantes genéticas con enfermedades comunes como la diabetes y ciertos tipos de cáncer de mama. Sin embargo, hasta el momento son muy escasas las investigaciones dirigidas específicamente a los trasplantes de órganos, y los trabajos que han analizado extensamente el genoma en el campo del trasplante sólo han incluido unos pocos cientos de individuos.
32.000 DONANTES Y RECEPTORES DE ÓRGANOS
Ante este panorama, la red internacional de investigadores, que comenzó a trabajar en el año 2012, cuenta ya con diferentes proyectos finalizados, y otros actualmente en curso, que aportan información genética de más de 32.000 donantes y receptores de órganos.
En principio, los proyectos están centrados en los trasplantes de riñón, hígado, corazón y pulmón. Todos ellos tienen como objetivo descubrir las variantes genéticas que conducen, o contribuyen, al rechazo y a otras complicaciones de los trasplantes; determinar biomarcadores en muestras de orina y sangre que puedan predecir el rechazo semanas o meses antes de que los pacientes muestren síntomas; y realizar tratamientos individualizados de los enfermos.
Inicialmente, los estudios de iGenTRAIN analizan la relación entre distintas variantes genéticas y la supervivencia del órgano trasplantado, el rechazo agudo del mismo, los efectos secundarios causados en parte por los medicamentos inmunosupresores, los eventos adversos debidos a la terapia inmunosupresora a largo plazo como las infecciones y tumores malignos, y la disfunción tardía del trasplante.
"Tenemos grandes sospechas de que hay muchas incompatibilidades genómicas no descubiertas involucradas en el rechazo de órganos. Complicaciones del trasplante como el rechazo agudo están probablemente influenciadas por múltiples factores genéticos en el donante y el receptor. Con el fin de obtener el poder estadístico suficiente para detectar todos estos factores necesitamos contar con grandes bases de datos que se puedan combinar de manera apropiada", ha dicho el jefe del servicio de Cardiología y director del Programa de Trasplante Cardiaco del Hospital Puerta de Hierro, Luis Alonso-Pulpón.
Asimismo, los investigadores han descrito su modelo genético especializado, que dispone de 'tests' para casi 780.000 variantes genéticas encontradas en los genomas de receptores de órganos y donantes que se han utilizado en los estudios de 'iGeneTRAiN'.
"Esperamos adquirir nuevos conocimientos sobre la fisiopatología del rechazo en el trasplante, y sobre la tolerancia y efectos secundarios de los fármacos inmunosupresores", ha señalado Alonso-Pulpón. Estas declaraciones han sido corroboradas por García Pavía, quien ha añadido que esto permitirá entender cómo interactúan los genomas de donantes y receptores con el fin de controlar y tratar a los pacientes más eficazmente después del trasplante, así como establecer una mejor dosificación de fármacos para prevenir complicaciones y fracasos.