MADRID 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un consorcio internacional de investigadores, entre los que se integra el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston (Estados Unidos), ha identificado una variante genética común en la población que aumenta el riesgo de ictus isquémico. Los resultados del estudio se publican en la edición digital de la revista 'The New England Journal of Medicine'.
El ictus isquémico supone casi el 90 por ciento de todos los ictus y está causado por un bloqueo de la sangre que va al cerebro. Los datos de cuatro grandes estudios de asociación del genoma realizados en los Estados Unidos y Europa revelaron que alrededor del 20 por ciento de los blancos y el 10 por ciento de los negros tienen al menos una copia de esta variante genética y que cada copia aumenta el riesgo de ictus isquémico en aproximadamente un 30 por ciento.
Esta variante genética se descubrió durante el análisis de los genomas de casi 20.000 individuos de los Estados Unidos y Europa que incluía a personas blancas y negras. La variante no estaba asociada con un mayor riesgo de ictus no isquémico.
La variante fue descubierta en el cromosoma 12, cerca de un gen asociado con la reparación de las lesiones cerebrales llamado NINJ2 y otro conectado al control de la presión sanguínea denominado WNK1. Los investigadores señalan que se necesitan más investigaciones porque se desconoce si NINJ2 es realmente el gen culpable.
Los investigadores combinaron los resultados de los datos de asociación genómica reunidos de estudios en poblaciones del consorcio CHARGE de investigación sobre corazón y envejecimiento en epidemiología genómica.
En su trabajo, los científicos vincularon dos marcadores con un mayor riesgo de ictus isquémico al comparar los genomas de 1.544 individuos que desarrollaron ictus con los genomas de 18.058 individuos que no lo padecieron. Los nuevos descubrimientos se replicaron luego en estudios separados en personas blancas y negras.
Según explica Philip A. Wolf, uno de los líderes del estudio e investigador principal del Estudio del Corazón Framingham integrado en el consorcio CHARGE, "la identificación de genes que predisponen al ictus podría ayudar en la identificación de personas con mayor riesgo de ictus a los que se aplicarían medidas preventivas y conducir al desarrollo de medicamentos para reducir este mayor riesgo de ictus".
Los factores ambientales como el tabaquismo y la presión sanguínea elevada también influyen en la predisposición al ictus. "Aunque esta variante es común, tiene un efecto modesto sobre el riesgo de ictus. Por ello, todo el mundo, porte o no la variante, debe conocer los factores de riesgo del ictus, como la presión sanguínea elevada y el tabaquismo y hacer todo lo posible por evitar estos factores de riesgo", señala Eric Boerwinkle, investigador principal del estudio más amplio integrado en el consorcio CHARGE que se coordina desde el centro de Texas.