MADRID 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un análisis de los registros genealógicos y médicos de los hombres en familias multigeneracionales de Utah (Estados Unidos) apoya firmemente el supuesto de que variaciones heredadas en el cromosoma Y, el cromosoma sexual masculino, juegan un papel en el desarrollo del cáncer de próstata, según un estudio presentado este viernes en la reunión anual de la Sociedad Americana de Genética Humana, que se celebra en Boston (Estados Unidos).
"El estudio identificó varios cromosomas Y distintos asociados a un exceso de riesgo significativo de cáncer de próstata, resumió Lisa Cannon-Albright, profesora y jefa de la División de Epidemiología Genética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Utah, en Estados Unidos. Como directora de estudio, fue la encargada de presentar este viernes los resultados.
Dado que la mayoría del cromosoma Y no se recombina durante la división celular, se pasa prácticamente sin cambios de padre a hijo. "Como resultado, cada hombre residente de Utah comparte el cromosoma Y de su padre y el padre de su padre, y así sucesivamente -explicó--. Esto proporciona capacidad para estimar el riesgo de cáncer de próstata en los cromosomas independientes representados en Utah".
El estudio se centró en la Base de Datos de la Población de Utah (UPDB, en sus siglas en inglés), creada en 1970 y que identifica a más de 6,5 millones de personas, incluyendo muchos de los pioneros de Utah en 1800. Las genealogías de los pioneros en la UPDB suelen ser grandes, abarcando a 15 generaciones, y la población de Utah representada en la UPDB es genéticamente representante del norte de Europa.
Los cromosomas asociados con el riesgo de cáncer de próstata se detectaron mediante un análisis del linaje masculino. Los autores comenzaron el estudio con 1,25 millones de varones fallecidos que tenían al menos dos padres, cuatro abuelos y seis u ocho bisabuelos en la base de datos, por lo que todos los varones cuyos padres no fueron identificados en la base de datos fueron etiquetados como fundadores y cada fundador fue asignado a una identificación secuencial del cromosoma único Y (YID). A los hijos del fundador, los hijos de sus hijos y así sucesivamente también se les asignó este mismo YID.
Los grupos YID con al menos dos hombres que comparten el mismo cromosoma Y ascendieron a 257.252. "Identificamos con eficacia cada cromosoma Y independiente en la UPDB", dijo Cannon-Albright. Se teorizó que cada grupo de hombres con el mismo YID comparte el mismo cromosoma Y, ya que descienden del mismo fundador.
Los investigadores utilizaron el registro de cáncer de Utah para estimar las tasas específicas de cáncer de próstata en el UPDB, año de nacimiento y estado de nacimiento. Para estimar el número de casos de cáncer de próstata que se espera que se produzca en cada grupo YID, aplicaron los resultados a todos los hombres en cada grupo y compararon el número observado de cáncer de próstata con la cifra esperada de casos.
Cannon-Albright y su equipo se centraron en los mil grupos YID que incluían a la mayoría de los hombres. En 73 grupos de cromosomas Y, la incidencia del cáncer de próstata fue significativamente mayor (p <0,05) de lo esperado, según esta experta.
En un grupo YID de 9.750 hombres, los autores predijeron que ocurrirían 45,6 casos de cáncer de próstata y, según el registro de cáncer del estado, 65 d estos hombres habían sido diagnosticados con cáncer de próstata. En otros 498 hombres, 26 tenían cáncer de próstata, aunque para estos individuos se previeron un total de 9,5 casos, como añade la doctora Cannon-Albright.
Entre los descendientes varones que no compartían el cromosoma Y del fundador, 39 hombres tuvieron cáncer de próstata, cerca del pronóstico de los científicos: 36,1. Estos resultados indican que la agrupación de los machos por sus cromosomas Y revela un riesgo de cáncer de próstata ligada al cromosoma Y, mientras que no se observó asociación entre los hombres que no comparten un cromosoma Y común.
La investigación de Cannon-Albright y sus colegas puede conducir a la identificación de las variantes específicas del cromosoma asociadas con el cáncer de próstata. Según los científicos, estas y otras variantes relacionadas con el cáncer de próstata pueden ser la base de una prueba genética que ayude a determinar la predisposición genética de un hombre a la enfermedad.