MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación revela que el vapeo entre adolescentes delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), cannabidiol (CBD) y cannabinoides sintéticos (CS) ha aumentado entre 2021 y 2023, según datos de la Universidad de Queensland (Australia). Además, los adolescentes tienen cada vez más dudas sobre las sustancias que vapearon en sus cigarrillos electrónicos.
Este nuevo estudio, publicado en el 'American Journal of Preventive Medicine', por Elsevier, arroja luz sobre esta alarmante tendencia y contribuye a fundamentar políticas de salud pública basadas en la evidencia y estrategias de reducción de daños destinadas a proteger a los jóvenes de las consecuencias a largo plazo del vapeo.
El vapeo de sustancias distintas de la nicotina se ha vuelto cada vez más popular entre los adolescentes de Estados Unidos. El estudio actual analizó las tendencias nacionales de vapeo de cannabis entre adolescentes de la Encuesta Nacional sobre Tabaco en Jóvenes para 2021, 2022 y 2023, que abarcó a un total de 69.899 estudiantes estadounidenses de secundaria y preparatoria (de 11 a 18 años).
El investigador principal, Jack Chung, BApsych (Hons), del Centro Nacional para la Investigación del Uso de Sustancias en Jóvenes y de la Facultad de Psicología de la Facultad de Salud y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Queensland, afirma que se ha observado un "aumento significativo en el vapeo de THC, CBD y CS entre adolescentes de 2021 a 2023".
"El vapeo de THC alcanzó su punto máximo en 2022, mientras que el uso de SC siguió aumentando. Los adolescentes expresaron cada vez más incertidumbre sobre las sustancias que vapeaban; por ejemplo, la cantidad de encuestados inseguros que respondieron 'no sé' si habían vapeado CS se triplicó a lo largo de los años. Nuestros resultados también mostraron que las mujeres tenían una mayor prevalencia de vapeo de THC, CBD y CS en comparación con los hombres", señala.
En 2023, se estima que el 7,4% (o 2,55 millones) de los adolescentes estadounidenses vapeaban THC, mientras que el 2,9% (o 999 000) vapeaban CBD y el 1,8% (o 620 000) vapeaban CS. Quienes vapean cannabis presentan más síntomas de salud mental que quienes utilizan métodos tradicionales de combustión de hierbas y flores secas. Los CS suelen sintetizarse en laboratorio para imitar los efectos de los cannabinoides naturales y, a menudo, se unen con mayor fuerza a los receptores cerebrales, lo que provoca consecuencias para la salud más intensas e impredecibles.
"Uno de los hallazgos más inesperados de nuestro estudio fue el continuo aumento del consumo de cannabinoides sintéticos entre los adolescentes. Esta tendencia es particularmente alarmante, dado que estas sustancias suelen accederse a través de mercados ilícitos sin regular, donde no existen normas de seguridad ni controles de calidad", comenta la investigación.
"La creciente popularidad de los cannabinoides sintéticos entre los jóvenes plantea serias preocupaciones sobre los posibles riesgos para la salud y pone de relieve la urgente necesidad de intervenciones específicas de salud pública y supervisión regulatoria. Estos productos de cannabinoides sintéticos podrían ser potencialmente mortales, ya que muchos adolescentes vapean estas sustancias sintéticas y nocivas sin saberlo", añade.
Este estudio es uno de los primeros en rastrear la prevalencia nacional del vapeo de THC, CBD y CS en adolescentes de forma independiente, dado que los estudios más recientes categorizan el vapeo de diversos cannabinoides bajo el término general de 'vapeo de cannabis', a pesar de sus efectos psicológicos y para la salud muy diferentes.
"La experimentación con el consumo de sustancias entre los adolescentes suele estar impulsada por la influencia de sus compañeros, la curiosidad y el deseo de aceptación social. Este grupo de edad también puede estar cada vez más expuesto a la publicidad relacionada con el cannabis en plataformas de redes sociales como TikTok y YouTube, así como a influencers y celebridades", concluyen los investigadores.