El uso prolongado de tacones puede provocar artrosis y artritis en las rodillas, tendiditis o lesiones en los tobillos

Zapato de tacón
JEROTINOCO/FLICKR
Actualizado: miércoles, 3 julio 2013 15:00

MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

El uso prolongado de tacones puede causar lesiones y desequilibrios en la postura, así como artrosis o artritis en las rodillas, afecciones de nervios, tendinitis, juanetes, dedos en martillo, metatarsalgia, o predisposición a lesiones de tobillos como esquinces o fracturas, según ha advertido el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), con motivo de la publicación de su séptimo corto de animación de su campaña '12 meses, 12 consejos de salud'.

De hecho, el secretario general del CPFCM, José Santos, ha asegurado que las mujeres sufren hasta cuatro veces más lesiones y problemas podales que los hombres. En este sentido, ha recordado que en la época estival se incrementa el riesgo de sufrir este tipo de lesiones, ya que se pasa de forma "brusca" de utilizar un zapato que sujeta completamente el pie, a sandalias, en muchos casos con tacón, que apenas sujetan el tobillo.

Por ello, y con el objetivo de prevenir las lesiones, ha recomendado cambiar de zapatos y altura de tacón todos los días; que el tacón no supere los 5 centímetros y, que si se usan plataformas, tengan cierta capacidad de amortiguación y una diferencia con respecto al tacón que no supere los 3 centímetros.

Por otra parte, ha proseguido, si no se está acostumbrada, y se utilizan de forma ocasional, para fiestas o bodas, es aconsejable elegir un tacón de base ancha, ya que reparte mejor el peso, con algo de plataforma y de no más de 3 centímetros de alto.

OTROS RIESGOS DEL VERANO

Asimismo, el CPFCM ha alertado de que muchas personas no acostumbradas al ejercicio físico, aprovechan sus vacaciones para practicar deporte, corriendo un alto riesgo de sufrir problemas lumbares, esguinces, fascitis plantar, periostitis tibial o, incluso, fracturas por sobrecarga, si no se comienza a hacer un ejercicio progresivo, con el calzado adecuado y teniendo en cuenta los propios límites.

"El mejor ejercicio es el aeróbico, sin alcanzar el umbral de la fatiga, como el paseo con paso rápido manteniendo la capacidad de hablar con el acompañante, o la gimnasia. Además, si se hacen excursiones o paseos con niños, hay que tener en cuenta que la distancia recorrida por un adulto, se multiplica por diez en el caso de los niños, por lo que hay planificar los itinerarios pensando en ellos", ha apostillado el experto.

Del mismo modo, Santos ha recomendado fomentar los juegos en grupo y al aire libre, aunque evitando las horas de más calor, para combatir el sedentarismo y fomentar su coordinación visual, y su sentido del equilibrio.

Por otra parte, ha incidido en la importancia de evitar la exposición directa del cuerpo a los aires acondicionados mientras se trabaja, se conduce, y especialmente cuando se está durmiendo, ya que puede provocar catarros, tos, faringitis, rinitis, asma, neumonía, dolores de cabeza y contracturas musculares.

DIEZ PERSONAS CADA DÍA SUFREN UNA LESIÓN MEDULAR O CEREBRAL EN ESPAÑA

En cuanto a las zambullidas imprudentes, Santos ha informado de que cada día, diez personas sufren una lesión medular o cerebral en España y de que junto a los accidentes de tráfico, los saltos al agua son su principal causa.

"Este año las inscripciones para clases de salto de trampolín en las escuelas de natación se han incrementado un 50 por ciento con respecto al año anterior. Estamos convencidos de que se debe a la proliferación de programas de televisión en los que personajes famosos saltan a una piscina desde un trampolín", ha comentado.

Por ello, ha recordado que el principal riesgo es impactar contra el suelo, lo que puede provocar tetraplejias aunque, ha matizado, un impacto contra la superficie del agua en una mala postura, puede también ocasionar estas lesiones, u otras de menor gravedad como el esguince cervical o contracturas.

"Por último, existe también otra modalidad de riesgo, que se produce cuando una persona corre por la playa para adentrarse en el mar hasta que una ola no le deja continuar y se lanza de cabeza al agua. Esta práctica también puede conllevar un impacto sobre la cabeza que dañar la médula", ha zanjado.