MADRID 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
El aumento en las prescripciones de opioides para las personas durante la última década puede haber sido paralelo a un incremento en las prescripciones de opioides para mascotas, según un estudio de investigadores de la Escuela de Medicina Perelman y la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos.
Los hallazgos, en este primer estudio de prescripciones de opioides veterinarios, sugieren que también existe una mayor demanda de opioides para animales, impulsada por procedimientos complejos realizados en medicina veterinaria, así como una mayor conciencia de la importancia de la gestión del dolor.
Dado que la prescripción de opioides en medicina veterinaria no está tan regulada como las prescripciones médicas para los seres humanos, es posible que las prescripciones veterinarias mal utilizadas contribuyan a la epidemia de opioides en curso, según este trabajo, cuyos resultados se publican este viernes en 'JAMA Network Open'.
En el estudio, los investigadores revisaron todas las pastillas y los parches opioides dispensados ??o recetados para perros, gatos y otros animales pequeños en la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania (Penn Vet) desde enero de 2007 hasta diciembre de 2017.
Los resultados muestran que la cantidad de estas prescripciones, según lo medido en miligramos equivalentes de morfina (MME, por sus siglas en inglés), aumentaron en un 41 por ciento durante el periodo anualmente, mientras que el número anual de visitas subió solo un 13 por ciento. Como centro de atención terciaria veterinaria, la carga de trabajo única de Penn Vet se centra en la atención y el tratamiento del dolor en especies veterinarias, lo que puede explicar el aumento de la utilización de opioides en el estudio.
IDENTIFICACIÓN DE VÍAS DE MAL USO DE OPIOIDES
"A medida que avanza la epidemia de opioides, estamos identificando otras vías de posible consumo humano y mal uso", explica la autora principal del estudio, Jeanmarie Perrone, profesora de Medicina de Emergencia y directora de Toxicología Médica de Penn Medicine. "Incluso cuando el veterinario tiene la intención de aumentar el uso de opiáceos veterinarios recetados, puede significar una mayor probabilidad de que las píldoras sobrantes sean mal utilizadas posteriormente por los miembros de la familia, se vendan o deriven o pongan en peligro a los niños pequeños a través de la exposición involuntaria", añade.
Y prosigue: "Los resultados de este estudio sugieren que, al evaluar la tasa de prescripciones de opioides veterinarios, podemos desarrollar estrategias para reducir los riesgos para la salud humana y animal asociados con el uso creciente".
La actual crisis de opioides en Estados Unidos causa decenas de miles de muertes por sobredosis cada año, aproximadamente 50.000 en 2017, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidenses. La crisis comenzó a fines de la década de 1990 y fue alimentada en gran medida por un fuerte aumento de las recetas para los analgésicos opioides.
El endurecimiento de las regulaciones, incluidos los programas de monitorización de medicamentos recetados, ha ayudado a reducir el número de recetas de opioides desde su punto máximo en 2011. Aunque las muertes por sobredosis de opioides recetadas ahora son superadas por las debidas a la heroína y el fentanilo obtenidos ilegalmente, las primeras aún representan casi 20.000 muertes anuales. Dado que la prescripción de opioides en la medicina veterinaria no está tan regulada comparativamente, existe la preocupación de que los seres humanos puedan abusar de los opioides prescritos para mascotas.
Los investigadores revisaron los registros de farmacia en el Hospital Ryan de Penn Vet durante los 10 años que duró el estudio, y analizaron las tendencias de los cuatro opioides recetados o dispensados ??a pacientes animales: tramadol, hidrocodona y tabletas de codeína y parches de fentanilo. Los animales en el estudio incluyeron perros (73 por ciento), gatos (22,5 por ciento) y una variedad de otros, como conejos, serpientes y aves (4,5 por ciento).
"Encontramos que el incremento en la cantidad de opioides recetados por nuestro hospital no se debió solo a un mayor volumen de pacientes. Es probable que nuestro objetivo de asegurar que nuestros pacientes estén libres de dolor después de la operación, especialmente para aquellos que requieren procedimientos complejos e invasivos, impulsó el aumento de nuestras prácticas de prescripción durante este periodo --dice la autora principal Dana Clarke, profesora asistente de Radiología Intervencionista en la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pennsylvania--. A nivel nacional, no conocemos el potencial ni el alcance de la desviación de la prescripción de los animales a los humanos, y el impacto que esto podría tener en la crisis de los opioides humanos".