MADRID 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
La psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD), Mara Parellada, ha explicado que las personas con trastorno del espectro autista (TEA) tienen dificultades para las relaciones sociales, por lo que "a veces el uso excesivo de Internet tiene una función socializadora, o en el caso del uso de sustancias como el alcohol o el cannabis, un efecto de disminución de la ansiedad social o de mejor tolerancia a las relaciones o a la saturación de la interacción".
En este sentido, Parellada ha destacado que los pacientes que más frecuentemente caen en adicciones a sustancias son aquellos "con suficiente inteligencia y autonomía como para poder relacionarse con otras personas en medios sociales fuera de la familia, pero sin las competencias sociales suficientes como para crear una red social propia".
Mientras que ha asegurado que las adicciones comportamentales son más habituales entre aquellas personas que tienen poco deseo de relaciones personales o más dificultades para estas, ya que el uso de videojuegos presenta varios beneficios iniciales para ellos al ofrecerles entornos donde las interacciones son más predecibles, lo que les facilita mostrar sus competencias y, en ocasiones, les reportan una valoración de otros que no encuentran en entornos reales. "El problema es que a veces se enganchan, pudiendo producirse una adicción con más facilidad que otras personas con más fuentes de valoración externa", ha añadido Parellada.
En este punto, la experta ha recordado que la alta incidencia de la coexistencia de adicciones y otros trastornos mentales, conocida como patología dual, está avalada por múltiples estudios y tiene clara evidencia científica en trastornos mentales como la depresión, la psicosis, el trastorno bipolar, los trastornos de la personalidad o el TDAH, entre muchos otros.
Sin embargo, y pese a que esa evidencia también existe en el caos del trastorno del espectro autista (TEA), los expertos señalan que "en muchas ocasiones se atribuye al diagnóstico principal toda la problemática y no se presta suficiente atención a las comorbilidades y su tratamiento específico", lo que le ha valido el sobrenombre de la patología dual olvidada.
"En el caso del TEA, además, los intereses restringidos, intensos y obsesivos pueden ser difíciles de diferenciar de las adicciones comportamentales, y el uso de sustancias como el alcohol o el cannabis muchas veces se minusvalora o se justifica por las dificultades sociales de las personas con este trastorno", afirma Parellada.