MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, revela que el cobre puede ayudar eficazmente a prevenir la propagación de virus respiratorios, que están vinculados al síndrome respiratorio agudo severo (SARS, por sus siglas en inglés) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés).
Los coronavirus animales que pegan un salto a los seres humanos, como el SARS y MERS, resultan en infecciones graves con una elevada mortalidad. Los investigadores encontraron que un coronavirus humano estrechamente relacionado --229E-- puede permanecer infeccioso en materiales superficiales comunes durante varios días, pero se destruye rápidamente en el cobre.
Un artículo recién publicado en 'mBio' --una revista de la Sociedad Americana de Microbiología-- informa de que el coronavirus humano 229E, que produce una serie de síntomas respiratorios desde el resfriado común a problemas más letales, como la neumonía, puede sobrevivir en materiales de superficie, incluyendo baldosas cerámicas, vidrio, caucho y acero inoxidable durante al menos cinco días.
Aunque la transmisión entre humanos es importante, las infecciones pueden contraerse por tocar superficies contaminadas por las gotitas respiratorias de las personas infectadas, o estrechar su mano, dando lugar a una difusión más amplia y más rápida.
En cobre, y una gama de aleaciones de cobre, denominadas colectivamente 'cobre antimicrobiano', el coronavirus se inactiva rápidamente. La exposición al cobre destruye el virus por completo y de manera irreversible, lo que lleva a los investigadores a concluir que podrían emplearse superficies de cobre antimicrobiano en zonas comunes y de reuniones masivas para ayudar a reducir la propagación de virus respiratorios y proteger la salud pública.
La investigadora principal, Sarah Warnes, explica: "La transmisión de enfermedades infecciosas a través de superficies contaminadas es mucho más importante de lo que se pensaba en un principio y esto incluye virus que causan infecciones respiratorias. Esto es especialmente importante cuando la dosis infecciosa es baja y sólo unas pocas partículas de virus puede iniciar una infección".
"Vimos que el coronavirus humano, que también tiene vínculos ancestrales con los virus de murciélago responsables de SARS y MERS, era de forma permanente y rápidamente desactivado al entrar en contacto con el cobre. Incluso, el genoma viral y la estructura de las partículas virales fueron destruidas, así que no se mantuvo nada de lo que podría transmitir una infección. Con la escasez de tratamientos antivirales, el cobre ofrece una medida que puede ayudar a reducir el riesgo de difusión de estas infecciones", apunta.