MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
El consumo de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para tratar los síntomas de una lesión puede dificultar la recuperación del tejido dañado, han concluido los expertos reunidos en el XII Simposio Internacional Clínica CEMTRO Avances y Actualizaciones en Traumatología y Ortopedia celebrado en Madrid.
En este sentido, el jefe del Servicio de Traumatología y Medicina Deportiva de esta clínica, Tomás Fernández Jaén, ha explicado que hay diversos estudios han demostrado que "el uso de antiinflamatorios en las fracturas óseas y en las lesiones tendinosas afecta a la reparación de estos tejidos, ralentizando o dificultando su curación".
Por ello, éste y otros expertos de la Federación Española de Medicina del Deporte (FEMEDE) han elaborado un documento en el que recomiendan que "en lugar de hablar de antiinflamación deberá hablarse de regulación de la inflamación para disminuir los efectos molestos pero, al mismo tiempo, ayudar al tejido a repararse de la forma más correcta".
"La evolución de un tejido dañado hacia fibrosis o regeneración completa dependerá de qué hecho bioquímico o celular predomine en el foco de la lesión durante la fase inflamatoria", señalan.
La inflamación se ha visto siempre como un proceso patológico que debía ser bloqueado con los medios terapéuticos disponibles, de ahí que el uso de técnicas y fármacos antiinflamatorios proliferen y "sean de práctica habitual, extendida e indiscriminada" en la población en general y en los deportistas en particular, indica el trabajo.
Sin embargo, "la biología y fisiología de la reparación de los tejidos demuestran que el proceso inflamatorio pone en marcha los mecanismos intrínsecos de reparación y regeneración de los mismos", añade.
El principal efecto de los antiinflamatorios consiste en "inhibir la inflamación o sus signos externos como el dolor, la hinchazón o el rubor", comenta el doctor Fernández Jaén, si bien las sustancias que provocan esos síntomas intervienen en otros procesos como asegurar el riego sanguíneo de la zona dañada, evitar la extensión del daño, atraer células de defensa, acelerar la limpieza de las células muertas y regenerar o reparar el tejido.
"La inflamación es una respuesta protectora del organismo, generalmente local y controlada, cuyo objetivo final es liberarle de la causa inicial de la lesión celular. Por tanto, el tratamiento de las lesiones debe dirigirse a controlar la inflamación y el dolor y conseguir una reparación tisular precoz para que el deportista se reincorpore lo antes posible a los entrenamientos y a la competición", indica FEMEDE.
ALTERNATIVAS NATURALES
Ante el abuso de este tipo de tratamientos, la Federación Española de Medicina del Deporte (FEMEDE) defiende el uso de medicamentos de acción biorreguladora. Algunos de ellos contienen principios activos de origen vegetal y mineral que estimulan la respuesta natural del organismo.
En el documento de consenso se reconoce que su función principal es "favorecer la recuperación natural del tejido lesionado". Además, algunos de sus componentes son capaces de modular la inflamación y los síntomas de las lesiones, tienen acción analgésica, estimulan la cicatrización y pueden tener efectos hemostáticos contribuyendo a eliminar el estasis venoso y el edema.
"Su objetivo final es restaurar el funcionamiento normal de los mecanismos de regulación", destacan los expertos, que reconocen que así se favorece la resolución de los procesos inflamatorios, facilitando el drenaje y detoxificación de los tejidos, y restableciendo el equilibrio o balance fisiológico.
Por eso, añade, "son un recurso terapéutico más" y puede servir para compensar los abusos de ciertas terapias convencionales (como los corticoides, antiinflamatorios, etc.).