MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
El uso excesivo prolongado del chupete en el tiempo, en concreto más de los 24 meses, puede provocar que los caninos choquen entre sí y ambas filas de dientes no se cierren correctamente causando la 'mordida abierta', han advertido desde la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO).
Además, han señalado que la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo causando mordida cruzada.
Sin embargo, para que las malformaciones sean evidentes, es necesario ejercer una presión "más o menos constante" durante varias horas diarias.
Por lo que el uso permanente del chupete descoloca los dientes, pero vuelven a reubicarse unos meses después de interrumpir su utilización si lo hace antes de los dos años, han recalcado.
De igual modo, han explicado que el motivo se debe a que no llegan a producirse malformaciones de la articulación temporomandibular ni deformaciones óseas significativas que modifiquen la arcada dental definitiva.
Si se abandona antes de los 2 años los chupetes pueden llegar a ser beneficios. Según el presidente de la sociedad, Juan Carlos Pérez Varela, "a los dos años, con todos los dientes de leche fuera, el chupete ya habrá cumplido su función de calmar y aliviar al niño".
A su vez, ha puesto de manifiesto que el chupete ayuda a los bebés a conciliar el sueño y a calmarse cuando lloran, "reduce la incidencia de la muerte súbita y es menos perjudicial que el hábito de chuparse el dedo o dormirse mientras toman el biberón durante la llamada fase oral, porque se producen menos deformidades, sobre todo si éste es anatómico".
Del mismo modo, el chupete les ayuda a estimular el efecto de succión, ya que, "a veces, cuando son muy pequeñitos o prematuros no tienen mucha fuerza para succionar y una forma de ayudarles es haciendo gimnasia" con el chupete", ha aclarado el ortodoncista.
NO "MOJAR" EN AZÚCAR
Por todo ello, desde la SEDO han realizado un listado de recomendaciones para al uso del chupete para evitar daños en el desarrollo de la boca del bebé, entre las que destaca emplearlo como un método se reemplazo del dedo.
Asimismo, han aconsejado limitar el uso del chupete a los 18-24 meses de edad, ya que existe una fuerte asociación entre este hábito y la alteración en la posición de la lengua que puede dar lugar a malas mordidas.
A su vez, recomiendan que el tamaño del chupete en relación a la boca del bebé, porque si no es adecuado potenciará que se puedan generar deformaciones. Por último, han destacado no mojar el chupete en azúcar, zumo o miel, ni para retrasar una comida.
Si las maloclusiones no se corrigen de manera precoz el niño puede desarrollar una maloclusión más grave y más difícil de corregirlas.