MADRID 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
La epidemia clandestina de VIH en el este de Europa y en Asia Central se está incrementando a un ritmo alarmante avivada por el uso de drogas, las relaciones sexuales de riesgo y por el elevado nivel de estigma social que desanima a los enfermos a buscar información de prevención y tratamiento, de acuerdo con un informe publicado este lunes por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El informe, 'Culpa y Destierro: la epidemia escondida de VIH que afecta a los menores en Europa del Este y Asia Central', subraya los problemas a los que se enfrentan los niños que viven con sida, los adolescentes que tienen comportamientos sexuales de riesgo, las mujeres embarazadas drogadictas y el más de un millón de niños y adolescentes que viven o trabajan en las calles de la región.
Los jóvenes marginados se exponen diariamente a riesgos múltiples, incluidos la explotación y el abuso, lo que les pone en riesgo de contraer el sida, indica la organización. Las tendencias, señala UNICEF, son especialmente alarmantes, ya que la región alberga a 3,7 millones de usuarios de drogas inyectables, casi un cuarto del total mundial.
Además, los servicios de bienestar social y sanitarios no están adaptados a los adolescentes que tienen riesgos mayores, que suelen estar expuestos a juicios morales e incluso a acusaciones penales cuando buscan tratamiento o información sobre el VIH. "Los niños y los adolescentes que viven en los márgenes de la sociedad necesitan acceso a los servicios sanitarios y de bienestar social, y no una dosis de desaprobación", afirmó el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake.
Para poder llegar y ayudar a los jóvenes que viven con el virus o que tienen riesgo de infectarse, las autoridades médicas y civiles necesitan establecer servicios que traten las necesidades especiales de los adolescentes marginados, señala esta agencia de la ONU.
En Rusia, recoge el informe, se han establecido 100 centros para jóvenes que dan información, consejo y apoyo psicológico. "No podemos romper la trayectoria de la epidemia del sida en Europa del Este y en Asia Central sin dar poder y proteger a los niños y a los adolescentes", afirmó el director ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), Michael Sidibé. "No debemos robarles su infancia", añadió. "Es nuestra responsabilidad asegurar que tienen acceso a los servicios de prevención y tratamiento de sida", prosiguió.
RECHAZO SOCIAL A NIÑOS
Según un reciente estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) realizado en seis países de la región, muchos adultos que viven con sida temen más al estigma social que se une a la persona cuando busca tratamiento que a la enfermedad, lo que hace que la epidemia sea aún más escondida.
El estigma asociado con el sida no se restringe a adultos y adolescentes, según UNICEF. A los niños pequeños que sufren esta enfermedad se les niega de manera rutinaria el acceso a la escuela y a las guarderías y, cuando su estado se hace público, se enfrentan al rechazo y al abuso. Alla, la madre adoptiva de un niño seropositivo, relata cómo su hijo sufrió el rechazo cuando alguien desveló el estatus del menor a otras familias. "Sus compañeros dicen que es 'asqueroso' y rechazan jugar con él", afirmó.
"Este informe es una llamada para proteger los derechos y la dignidad de todas las personas que viven con el sida o que están expuestos a la enfermedad, pero especialmente es una llamada para los menores y jóvenes vulnerables. Necesitamos construir un ambiente de confianza y cuidado, no uno de juicio y exclusión", aseguró Lake. "Sólo dando la vuelta a la discriminación que sufren los seropositivos, puede Europa del Este y Asia Central comenzar a invertir la difusión de la epidemia", concluyó.