MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Barcelona (UB) caracteriza por primera vez las alteraciones del volumen de materia gris en adolescentes afectados por fibromialgia juvenil, contribuyendo a identificar posibles factores de riesgo que ayudarán a comprobar la eficacia de diferentes tratamientos para revertir estas alteraciones cerebrales.
La nueva investigación, publicada en la revista 'Arthritis and Rheumatology', está dirigida por la investigadora postdoctoral María Suñol y la profesora Marina López Solà, del grupo de investigación Laboratorio de Neurociencia del Dolor y la Emoción de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud y del Instituto de Neurociencias (UBNeuro) de la UB.
La fibromialgia juvenil es un síndrome caracterizado por un dolor crónico que afecta a todo el cuerpo. También provoca fatiga, así como trastornos del sueño y del estado de ánimo. Afecta a niños y adolescentes (sobre todo niñas) de todo el mundo y aparece durante un periodo crítico del desarrollo del cerebro.
Por ello, analizar los cambios cerebrales que se producen en las primeras etapas de la fibromialgia juvenil podría ayudar a comprender mejor la fisiopatología de este síndrome, que hasta ahora no se había abordado desde esta perspectiva.
El estudio, que aplica varias técnicas de estudio de neurofisiología, ha contado con la participación de 34 chicas adolescentes afectadas por la patología y un grupo de control de 38 adolescentes sanas. La nueva investigación se ha realizado en colaboración con los profesores Susmita Kashikar-Zuck y Robert Coghill, miembros del Cincinnati Children's Hospital (Estados Unidos).
FIBROMIALGIA JUVENIL: CEREBRO, AUTOPERCEPCIÓN Y EMOCIONES
El estudio revela que los adolescentes con fibromialgia juvenil tienen menos materia gris en la región del córtex anterior-midcingulado (MCC), una región cerebral decisiva para el procesamiento del dolor. Esta característica podría estar relacionada con el excesivo compromiso de los circuitos cerebrales que procesan el dolor y apunta a la existencia de una reorganización con estos circuitos neuronales.
Los pacientes con más síntomas y más afectados por la patología también muestran un aumento de volumen en las regiones frontales del cerebro que se relacionan con la creación de narrativas sobre uno mismo y el procesamiento y regulación emocional.
Este aumento de volumen podría reflejar una cierta inmadurez en el proceso de desarrollo de los circuitos frontales implicados con la emoción y el lenguaje. "Estos hallazgos refuerzan la necesidad de plantear estrategias terapéuticas dirigidas a modular la actividad en estos circuitos para revertir las narrativas nocivas que los pacientes puedan sentir sobre sí mismos", señala María Suñol, primera autora del estudio.
Asimismo, señala que algunas alteraciones cerebrales relacionadas con la fibromialgia juvenil coinciden con las identificadas en mujeres adultas con fibromialgia. "Esto sugiere que ambos síndromes comparten parte de la fisiopatología", apunta la profesora López Solà. "Por ello, es importante promover el estudio precoz y guiado de la patología en adolescentes para prevenir el paso de la fibromialgia juvenil a la adulta", concluye.