Trucos para evitar las rozaduras en los pies ahora que estamos en verano

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Archivo - Rozadura en el pie - PHEELINGS MEDIA/ ISTOCK - Archivo
Publicado: lunes, 11 julio 2022 8:35

   MADRID, 11 Jul. (EDIZIONES) -

   Llega el verano, el calor. Nuestros hábitos cambian. Tenemos más tiempo los pies expuestos, usamos calzado que no es el habitual. Nos sudan los pies. Y consecuencia de todo ello, muchas veces, se forman las rozaduras o ampollas, tan molestas y por desgracia tan frecuentes en esta época. ¿Qué podemos hacer para prevenirlas?

   El profesor de la Facultad de Enfermería y Podología de la Universidad de A Coruña, Daniel López nos cuenta en una entrevista con Infosalus que las rozaduras son heridas que aparecen en la superficie de la piel de los pies de manera habitual, como consecuencia del roce que irrita la zona.

   Explica este podólogo que la aparición de rozaduras, y en última instancia de ampollas, es debida habitualmente a la falta de un control periódico por parte del podólogo, ya que acudir a este especialista puede ayudar a incrementar la salud de los pies y a corregir la aparición de alteraciones y de deformidades en los mismos.

   A su vez, López mantiene que la aparición de las rozaduras está asociado a un cuidado inadecuado de los pies, por un autotratamiento incorrecto, fruto del uso de remedios caseros para el cuidado de los pies, tipo limado diario o semanal de la piel, con limas o cuchillas que queman y dañan a la piel de los pies, la aplicación de cremas exfoliantes que destruyen las capa más superficial de la piel, el uso de callicidas que irritan y destruyen la piel sana de los pies, o por ejemplo, por el empleo de tiritas y de apósitos que humedecen y reblandecen la piel, contribuyendo a la rotura de la piel y a la aparición de infecciones.

   "Por ello, este cuidado incorrecto, sin una supervisión por parte del pódologo para realizar un correcto tratamiento, deriva habitualmente en la aparición de papilomas, de hongos en los pies, de mal olor, de dermatitis de contacto, de grietas en los talones, de durezas, de callosidades, y de alteraciones en las uñas", remarca.

LA INFLUENCIA DEL CALZADO

   Por otro lado, Daniel López mantiene que el calzado es otro elemento habitual que contribuye a la aparición de las mismas, principalmente por utilizar un zapato en mal estado, un calzado heredado o inadecuado, en longitud o en anchura.

   También avisa de que los zapatos pueden estar fabricados a partir de materiales rígidos que impiden un control de movimiento de los pies y una protección adecuada de los mismos, y que incumplen la posibilidad de ventilar el pie, al tratarse de materiales cuya composición no cumplen con las condiciones para que los pies se mantengan en una temperatura correcta para caminar o permanecer de pie. "Del mismo modo, la presencia de costuras en los materiales también facilita la presencia de estas lesiones comunes en los pies", alerta este profesor universitario.

   Asimismo, este experto incide en que si las personas están diagnosticadas de diabetes tienen más posibilidades de presentar menos sensación de dolor en los pies, siendo también otra consecuencia que favorece la aparición de estos problemas. "La diabetes, además, comporta una serie de complicaciones, como son las infecciones, que pueden comprometer la salud de los pies, acabando en la amputación de los mismos. También, la falta de uso de calcetines o de pinkies también es otro motivo que promueve la aparición de rozaduras o de infecciones en el pie", sostiene.

   Alerta igualmente sobre caminar descalzo, "otro hábito muy perjudicial", donde existen grupos de personas y movimientos pseudocientíficos, como el Barefoot, que promueven el caminar descalzos, una práctica no recomendada, ya que es lo que ayudará al incremento de fracturas en los pies, infecciones, dolor e inflamaciones, y envejecimiento prematuro de los mismos, aparte, por supuesto, del riesgo de que nuestros pies se lesionen con mayor facilidad.

PREVENIR ROZADURAS Y AMPOLLAS EN LOS PIES

   Con todo ello, el profesor de la Facultad de Enfermería y Podología de la Universidad de A Coruña, Daniel López enumera los siguientes consejos para prevenir este tipo de lesiones en los pies:

   Las revisiones periódicas al menos cada seis meses por parte del podólogo es el consejo esencial para evaluar cómo se encuentran nuestros pies, conocer cuáles son las recomendaciones para mejorar el cuidado de los mismos, y de ese modo se evita la aparición de rozaduras y cualquier enfermedad en los mismos.

   En personas que presentan deformidades en los pies, dolor, problemas musculares se deben realizar revisiones cada uno o dos meses para mantener la salud de los mismos. Así como en personas que presentan enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, artritis reumatoide, estrés, ansiedad, enfermedades respiratorias*.

   Además, para mejorar el estado de la piel es esencial que todas las personas diariamente hidraten los pies con una crema específica podológica que nutra y recupere el tono de la piel, para proteger la capa de la piel más superficial responsable de la entrada de agentes patógenos que son los causan la aparición de infecciones, cuando la piel se encuentra en mal estado. Siempre es clave para regenerar la piel y mantenerla en buen estado, ya que la capa más externa es la puerta de entrada, si está en mal estado, de gérmenes que pueden perjudicar al pie provocando infecciones, como el pie de atleta, los papilomas, el mal olor de los pies o cualquier invasión generada por diferentes tipos de hongos.

   Si tenemos que estrenar zapatos en verano se recomienda utilizar calcetines, medias, pantis o pinquis para evitar el contacto directo del pie con el calzado, que será la causa común de la aparición de heridas, de rozaduras, de hongos y de mal olor. Además, buscar que el calzado se ajuste en longitud y anchura a la forma que tenga nuestro pie, que este compuesto por materiales que ayuden a la transpiración y que presenten un sistema de ajuste, como son los cordones, las correas o velcros para sujetar o liberar los pies atendiendo a cada circunstancia.

   Consultar al podólogo ante cualquier duda relacionada con el cuidado de los pies y evitar los remedios caseros y/o información que encontremos en Internet sin disponer de un aval científico por parte del podólogo para mejorar la salud de los mismos.