MADRID 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
Cada año se realizan alrededor de 250.000 trasplantes capilares en todo el mundo, según los datos publicados por la International Society of Hair Restoration Surgery. En el caso de España se ha triplicado en los últimos años su uso tanto entre hombres como en mujeres, y el 93 por ciento de ellos se realizan en el cuero cabelludo para corregir la falta de pelo.
"Casi el 93 por ciento de los microinjertos capilares se realizan en el cuero cabelludo, pero se ha experimentado una tendencia al alza de la aplicación de estos procedimientos en otras partes del cuerpo", explica el doctor de la clínica Svenson, el especialista Víctor Salagaray, quien achaca este aumento al 'efecto Bono', un caso que saltó a la prensa en 2009, después de que se especulara que el actual presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, se había realizado este tratamiento.
En general, explica en declaraciones a Europa Press, se trata de una intervención que se realiza sobre todo en población masculina, aunque cada vez son más las mujeres que lo solicitan. En 2009, era un 86 por ciento de hombres los que llegaban solicitando una intervención de microinjerto. Actualmente, esa cifra se ha visto reducida a un 70 por ciento aproximadamente, y el número de mujeres que la solicitan ha aumentado hasta casi un 30 por ciento.
Respecto al perfil, en el caso de los hombres, el 92 por ciento que solicitan la intervención son menores de 54 años, repartiéndose por igual esta cifra entre los mayores de 18 y los mayores de 35 años. Las mujeres que se someten a este tipo de cirugía suelen ser, en un 67%, mayores de 35 años.
En su opinión, las diferencias se deben a que "los hombres ahora se cuidan más, quieren prevenir la caída antes, y en cuanto empiezan a notar una pérdida de pelo importante acuden; la mujeres, por el contrario, aguanta más porque el patrón de caída hace menos evidente la falta de pelo". Las mujeres tiene un nivel mayor de satisfacción que los hombres, explica Salagaray, quien lo achaca a la desaparición de los problemas que conllevan la falta de pelo a la mujer.
Por áreas, tras el cuero cabelludo, se encuentran las cejas (3,4%), el área facial, bigote, barba y patillas (1,5%), el área púbica (0,4%) y el tórax (0,2%). "En los casos de cejas, patillas y bigotes, que se hacen mucho, suele ser para eliminar pequeñas cicatrices donde ya no sale pelo", explica.
Es un procedimiento quirúrgico indoloro y definitivo que permite recuperar el propio cabello de cada individuo. Especialmente indicado para aquellos casos en los que los tratamientos cosméticos o médicos no se aplicaron a tiempo o no fueron lo suficientemente relevantes.
HAY LISTA DE ESPERA
El microinjerto es un proceso de "autodonación", quitando el pelo de áreas que genéticamente están a salvo de pérdida de cabello para rellenar las áreas donde el cabello ha caído y continúa haciéndolo. El pelo se injerta respetando el mismo ángulo o dirección del cabello original consiguiendo un aspecto natural y estéticamente perfecto.
Esta intervención se lleva a cabo con anestesia local y el postoperatorio se realiza en casa. En este momento hay dos técnicas: la de FUE, que se sacan la unidad folicular de una a una, y la del Strip que recoge un más de una raíz en una tira de piel. "Se eligen una u otra dependiendo del caso y las necesidades del paciente, aunque la más utilizada es la del Strip, aunque la otra es menor invasiva y se utiliza cundo se necesita un menor número de injertos", explica.
En tres meses ese pelo empezará a crecer, en seis en tendrá un resultado parcial evidente, y sobre los nueve meses o un año para ver un resultados efectivo. Asimismo, el médico señala que el paciente puede necesitar varias intervenciones, y, previamente a la intervención, añade, es necesario un buen diagnóstico que "confirme que se puede operar, porque no todas las alopecias son operables".
"Cuanto antes vienen los pacientes mejor resultado se obtiene, además hay que ajustar las posibilidades de tratamiento a las expectativas del paciente. En cualquier casos, aunque hay soluciones para todos el cien por cien de estos pacientes no se pueden beneficiar de la solución quirúrgica", señala.
Durante 2010 se realizaron 700 operaciones y, según lo que lleva la clínica Svenson de año, se espera alcanzar las 900. Esto hace pensar a Salagaray que la crisis no afecta a este tipo de intevenciones, ya que cuentan con lista de espera para realizar esta intervención. Y, según señala, además de la publicidad que genera los casos conocidos y el 'boca a boca', la mejora de las técnicas en los últimos años han conseguido "animar mucho a la gente".