MADRID 10 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un ensayo clínico para probar si tres tratamientos probados para dejar de fumar también podrían reducir el consumo de alcohol no encontró diferencias entre los medicamentos, pero las tasas de cambio de comportamiento para el consumo de alcohol y el tabaquismo fueron altas en todos los grupos de tratamiento.
Los resultados sugieren que estos medicamentos podrían desempeñar un papel importante para reducir el consumo de alcohol y el tabaquismo al mismo tiempo. Inesperadamente, la terapia de sustitución de la nicotina funcionó tan bien como los medicamentos recetados vareniclina y citisina.
El estudio, publicado en la revista 'JAMA Network Open', contó con la participación de 400 personas seropositivas en Rusia y fue diseñado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt (VUMC), la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston y el Centro Médico de Boston, en Estados Unidos, y la Primera Universidad Médica Estatal Pavlov de San Petersburgo (Rusia).
Los investigadores, entre los que se encontraban especialistas en adicciones e investigadores del VIH, reclutaron a voluntarios que se autoidentificaron como bebedores de riesgo y fumadores diarios. Se realizó un seguimiento de los participantes hasta 12 meses después de su inscripción en el ensayo clínico. La medicación fue controlada con placebo, por lo que los participantes y los investigadores no sabían a quién se le había asignado cada medicamento.
El estudio demostró que, al cabo de tres meses, el consumo de alcohol disminuía independientemente de que los participantes recibieran terapia de sustitución de la nicotina, vareniclina o citisina. El resultado principal fue el número de días de consumo excesivo de alcohol en el último mes a los tres meses, y los resultados secundarios incluyeron la abstinencia de alcohol a los tres meses, y la abstinencia de fumar a los seis meses.
"Un único medicamento para tratar tanto el consumo de riesgo como el tabaquismo podría mejorar la salud de forma eficaz y significativa. El consumo arriesgado de alcohol y el tabaquismo se dan con frecuencia, y ambos amenazan la salud al aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otros resultados importantes para la salud", apunta la autora principal del estudio, Hilary Tindle, profesora asociada de medicina en la VUMC.
Los investigadores se centran cada vez más en las comorbilidades de las personas que viven con el VIH, como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, para mejorar su longevidad, ya que ahora existen tratamientos eficaces para el virus.
Matthew Freiberg, investigador principal del estudio, titular de la Cátedra Dorothy y Laurence Grossman de Cardiología y profesor de Medicina en el VUMC destaca que estos pacientes "no sólo viven con el VIH sino que también tienen una alta carga de hepatitis, consumo de múltiples sustancias y problemas de salud mental. Estos participantes suelen ser excluidos de los ensayos de medicamentos. Si una medicación tan sencilla como la sustitución de la nicotina pudiera ayudarles, sería una victoria", subraya.
En este sentido señala que, cuando los investigadores diseñaron el estudio, previeron que el sustituto de la nicotina fuera el brazo "de control" del consumo de alcohol. La terapia de sustitución de la nicotina está disponible en Estados Unidos para tratar la adicción al tabaco desde principios de la década de 1980 y no se utiliza para reducir el consumo de alcohol.
El estudio incluyó a participantes que habían consumido cinco o más días de alcohol en exceso en el último mes (definido como cinco o más bebidas en un día para un hombre o cuatro o más bebidas en un día para una mujer) y que fumaban cinco o más cigarrillos al día.
Los investigadores del VUMC trabajaron en el estudio con Jeffrey Samet, profesor de Medicina Interna General y profesor de Ciencias de la Salud Comunitaria en las Escuelas de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Boston, quien apostilla que "otra observación importante en nuestro análisis post-hoc fue que las tasas de consumo de alcohol eran menores, y las tasas de abstinencia de alcohol eran mayores, entre las personas que dejaron de fumar en comparación con las que siguieron fumando".
"Estos resultados deben estudiarse más a fondo para saber si los resultados se debieron directamente a los medicamentos, al hecho de dejar de fumar o a ambas cosas", advierte Samet, autor principal del estudio.
Por su parte, Tindle reconoce que queda mucho por aprender sobre cómo los fármacos del estudio -denominados agonistas de los receptores nicotínicos de acetilcolina- pueden actuar para reducir la ingesta voluntaria de alcohol.
Los estudios realizados en modelos animales muestran que se requiere la estimulación de un tipo de receptor muy específico que contiene la subunidad alfa cuatro y los tres medicamentos del estudio se dirigen precisamente a estos receptores.
Los investigadores concluyen que los resultados del estudio, que se llevó a cabo entre julio de 2017 y diciembre de 2020, amplían el trabajo anterior en varios aspectos. En particular, este es el mayor ensayo en el que se estudian agonistas parciales del receptor nicotínico de acetilcolina para tratar el consumo de alcohol y el primero en el que se examina la citisina para tratar tanto el alcohol como el tabaco.
La citisina para tratar el consumo de tabaco se ha utilizado ampliamente en Europa del Este durante décadas y se está estudiando activamente en todo el mundo.