Tres de cada diez casos de psoriasis se inician en la infancia

Actualizado: viernes, 27 marzo 2009 13:17


ÁMSTERDAM, 27 Mar. (De la enviada especial de EUROPA PRESS Isabel Vega) -

Tres de cada diez pacientes con psoriasis, enfermedad inflamatoria autoinmune que afecta a unas 900.000 personas en España según los expertos, desarrollaron su primer brote en la infancia o la adolescencia, conforme explicó este viernes el responsable de la Unidad de Dermatología Pediátrica del Hospital de La Paz (Madrid), Raúl de Lucas.

En concreto, el 16 por ciento de los casos de psoriasis pediátrica se da en niños menores de un año; el 27 por ciento, entre uno y dos años y el 57 por ciento afecta a quienes tienen entre 12 y 16 años de edad.

En declaraciones a los medios durante la celebración de un congreso sobre enfermedades inflamatorias organizado por Wyeth en Ámsterdam, De Lucas incidió en la problemática de tratar a los menores de 18 años que padecen esta enfermedad crónica incurable, cuyos orígenes aún son desconocidos para la ciencia.

Según apuntó, con los niños "existen problemas de diagnóstico", especialmente cuando se trata de bebés, porque la psoriasis puede confundirse como una 'dermatitis del pañal'. En edades algo más avanzadas, explicó, puede desarrollarse tras el diagnóstico de un problema de artritis sin que el facultativo hubiera previsto que pudiera ser psoriásica.

"El retraso se debe a que no se piensa en ello, porque es una enfermedad que tiene poca prevalencia", apuntó el facultativo, quien incidió en la importancia de un diagnóstico precoz para intervenir lo antes posible sobre el paciente y paliar los daños ocasionados por la enfermedad.

En este sentido, apuntó que la primera opción con menores de edad siempre es el tratamiento de uso tópico, como las pomadas ricas en corticoides o en vitamina D, ya que la fototerapia, que consiste en una sobre exposición a rayos ultravioleta, se descarta en menores de once años de edad por su predispsición al cáncer de piel.

FÁRMACO BIOLÓGICO

Para los casos más severos que requieren de tratamiento sistémico, la única opción autorizada para los niños es el fármaco biológico 'Enbrel' (etanercep), de Wyeth, ya que los principios activos utilizados en adultos, como la ciclosporina, son inmunodepresores y suponen "un riesgo de efectos secundarios a largo plazo" que pueden ir del daño hepático al desarrollo de tumores, explicó De Lucas.

"El problema cuando se elige 'Embrel' es convencer a los niños de que tienen que pincharse", añadió el doctor, quien señaló que el tratamiento consiste en una inyección semanal que comienza practicando el facultativo y que después realizan los padres del paciente o incluso él mismo. "Al principio se puede utilizar anestesia tópica, hasta que cogen confianza", recomendó.

No obstante, incidió en que este fármaco biológico plantea "muchas ventajas", como el hecho de que se puede utilizar "de forma intermitente sin que pierda eficacia" y que tiene "un rango de riesgo aceptable". "La clave está en hacer una buena selección del paciente", apostilló De Lucas, para incidir en que serán incompatibles quienes tengan alguna infección activa o procesos tumorales, entre otros.

Los estudios sobre este fármaco revelaron que, en pacientes de entre 4 y 17 años de edad, tras las primeras 12 semanas de tratamiento, el 57% de los pacientes manifestaron una mejoría del 75% en el área de piel afectada por la psoriasis. En la semana 36, la proporción de pacientes que localizan este nivel de mejora es del 68%, según datos facilitados por Wyeth.

La psoriasis, si bien no es de las enfermedades inflamatorias más graves, si tiene un importante impacto emocional y social y se estima que más de la mitad de los pacientes sufren depresión. Esta cuestión toma especial relevancia en los adolescentes y pre adolescentes conforme la experiencia de De Lucas, quien puso el acento en los problemas de "inseguridades y complejos" que se desarrollan en este tramo de edad, donde además, es frecuente que aparezcan brotes en el rostro. En los niños, puede también afectar emocionalmente, produciendo sentimientos de enfado, tristeza o vergüenza, apostilló.