MADRID 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
Tres de cada diez personas en España, el 30%, afirman tener un estado de "bienestar emocional negativo", según el informe 'Bienestar Emocional y Vulnerabilidad', publicado este jueves por la Fundación Cruz Roja Española.
El estudio está basado en 1.000 entrevistas a población de todo el territorio nacional de 18 a 75 años, sesiones de observación participante y células de conversación con personas expertas y participantes de programas de Cruz Roja.
El informe revela que el bienestar emocional mejora con la edad, pues la generación del 'Baby Boom' es la que muestra mayor satisfacción, y empeora en los niveles socioeconómicos medio-bajo y bajo, donde la falta de ingresos y seguridad material generan un mayor malestar.
"El bienestar emocional es uno de los grandes retos de nuestro tiempo y es un indicador clave del progreso de una sociedad. Hoy ese bienestar se ve condicionado por factores como la soledad no deseada, las brechas tecnológicas o la situación de precariedad", ha afirmado la presidenta de la Fundación Cruz Roja Española y de Cruz Roja Española, María del Mar Pageo.
En este sentido, el informe muestra que el bienestar emocional disminuye sensiblemente cuando coinciden tres o más factores de vulnerabilidad, y precisa que los más "críticos" son el aislamiento social, la violencia y las condiciones socioeconómicas desfavorables.
La salud mental, por su parte, aparece como un factor transversal al resto de situaciones, sobre todo entre menores de 50 años. En España, el 34% de la población experimenta algún problema de salud mental: la ansiedad, los trastornos de sueño y la depresión son los principales motivos de consulta, según indica Cruz Roja.
De los datos también se desprende que el malestar se agrava por género, edad, origen o discapacidad. Así, las mujeres jóvenes, por ejemplo, duplican la probabilidad de padecer ansiedad, o las personas migrantes de enfrentar aislamiento social o discriminación.
A su vez, el estudio señala que el empleo puede ser también una causa de pérdida de bienestar emocional por "el estrés, la temporalidad y los bajos salarios".
En cuanto a la soledad no deseada, Cruz Roja indica que es uno de los factores que influyen negativamente en el bienestar emocional. En concreto, precisa que, en España, el 16% de la población se siente sola o poco acompañada y el 17% está "poco o nada integrado" en la comunidad.
Otros factores que, según el informe, "disparan" la soledad no deseada, son las "crisis vitales" como las rupturas de pareja, pérdida de familiares, aparición de enfermedades o pérdida del empleo, entre otras, a lo que se suma "el estigma y la vergüenza como principales barreras a la hora de pedir ayuda".
Frente a ello, el estudio propone las redes comunitarias y los espacios grupales, e iniciativas "micro", como huertos urbanos o radios locales.
Además del estado del bienestar emocional y el impacto de la soledad no deseada, el estudio señala otras cuestiones, como "la exclusión que sufren las personas migrantes, que agrava su situación de vulnerabilidad: dificultades para encontrar un alojamiento estable, sin posibilidad de trabajar por encontrarse en situación irregular, tener que recurrir a empleos precarios y sin derechos laborales garantizados, la complejidad de los trámites administrativos o el aislamiento por no conocer el idioma y las situaciones de discriminación que enfrentan".
NARRATIVAS EXTREMISTAS
Además, advierte de las "narrativas mediáticas extremistas y ciertos discursos de odio" que "sitúan el problema en personas y colectivos especialmente vulnerables, desviando así el foco de la precariedad estructural que puede afectar a cualquier persona".
Por otro lado, apunta que las personas jóvenes atraviesan situaciones de "soledad no percibida", debido a la "hiperconexión", y revela que la ansiedad afecta especialmente a menores de 30 años.
Entre las recomendaciones que ofrece Cruz Roja ante estás situaciones, destaca: la creación de currículos obligatorios de "alfabetización emocional" a lo largo de todo el ciclo vital; reforzar "urgentemente" la atención a la salud mental en el sistema público de salud, apostar por el deporte, la cultura o el voluntariado como "recetas sociales" o realizar campañas contra la aporofobia y los discursos de odio.