MADRID, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los traumas infantiles aumentan el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón y de morir de forma prematura por esta causa en la edad adulta, según una investigación realizada por científicos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades en Atlanta (Estados Unidos) y publicada en 'BMC Public Health'.
El equipo liderado por David Brown y Robert Anda estudiaron los efectos que podrían tener en la salud de un menor los abusos --tanto emocionales, como físicos o sexuales--, la violencia doméstica, la separación de los padres o crecer en un hogar con personas que sufren alguna enfermedad mental, son drogadictos o están en prisión.
Para ello, recogieron información sobre estos traumas de más de 17.000 personas entre los años 1995 y 1997. Paralelamente, siguieron la evolución médica de esta muestra para estudiar las tasas de cáncer de pulmón que tenían en 2005.
Según Brown, "los traumas infantiles se asociaron con un incremento del riesgo de sufrir un cáncer de pulmón y con la muerte prematura por esta causa. Aunque el tabaquismo, incluido el inicio temprano en este hábito y el consumo de muchos cigarrillos al día, cargan con la mayor parte del riesgo, en esta situación pueden estar implicados otros mecanismos y problemas psicológicos"
"En comparación con los menores que no tenían ningún trauma infantil, las personas que sufrieron seis o más traumas multiplicaban por tres sus probabilidades de tener un cáncer de pulmón", indicó Brown, señalando que, "de las personas que desarrollaron o murieron a causa de un cáncer de pulmón, aquellos con seis o más traumas infantiles eran aproximadamente 13 años más jóvenes cuando surgió la enfermedad que aquellos que no tuvieron traumas".
Para sus autores, la conclusión clave de este estudio es que los niños pueden tener que encarar situaciones que les generan un alto nivel de estrés, una sensación asociada con conductas destructivas, como fumar, que pueden llevar a la aparición de enfermedades como el cáncer de pulmón y quizá, la muerte a edades tempranas. Así, reduciendo la cantidad de traumas que sufren los menores podría ser considerado, en los programas sociales y de salud, como una vía para la prevención del cáncer de pulmón y otras enfermedades relacionadas con el tabaquismo.