El trauma psicológico infantil multiplica por cuatro el riesgo de depresión en la edad adulta

Archivo - Niño triste se sienta solo
Archivo - Niño triste se sienta solo - KATARZYNABIALASIEWICZ/ ISTOCK - Archivo
Publicado: jueves, 10 marzo 2022 15:30


MADRID, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -

El trauma psicológico infantil multiplica por cuatro el riesgo de depresión en la edad adulta, y más allá de los efectos negativos sobre la salud mental, el trauma infantil impacta también a nivel neurobiológico, físico, conductual y psicosocial, según ha puesto de manifiesto el doctor Guillermo Lahera, profesor titular de Psiquiatría en la Universidad de Alcalá, vinculado al Hospital Universitario Príncipe de Asturias,

Lahera, quien además es investigador CIBERSAM, ha participado este jueves en la Jornada de Trastornos Afectivos, organizada por Lundbeck en Barcelona. Allí, ha recordado que un elevado porcentaje de adultos con depresión presenta antecedentes de trauma infantil, el 62,5% frente al 28,4% de personas sanas, lo que se asocia a una peor respuesta al tratamiento antidepresivo o remisión, especialmente si han sufrido abuso antes de los 7 años.

Como explica Lahera, "existe una fuerte evidencia de asociación entre el trauma infantil y la enfermedad mental posterior. Esta asociación es particularmente evidente para la exposición al bullying, el abuso emocional, el maltrato y la pérdida temprana de los padres".

El 24,2% de niños y adolescentes expuestos a trauma cumplen los criterios de depresión, siendo el trauma por violencia interpersonal el de mayor prevalencia y nivel de depresión. Este grupo de población cuenta con 2,6 veces más de probabilidad de desarrollar depresión que aquellos niños y adolescentes no expuestos al trauma8. Sin olvidar que el trauma psicológico aumenta el riesgo de suicidio de 2 a 5 veces.

"En aquellas personas con antecedentes de trauma hay que evaluar si están afectados los dominios del funcionamiento emocional, conductual, cognitivo, somático y relacional", matiza Lahera, para quien la importancia de la atención primaria es fundamental en estos casos, ya que "las personas con estrés traumático pueden presentar, inicialmente, síntomas físicos como quejas somáticas, trastornos del sueño o irritabilidad".

El tratamiento recomendado para el TEPT se basa en psicoterapias como la terapia cognitivo-conductual focalizada en el trauma, la exposición prolongada y EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) como primera línea terapéutica. Aunque, el tratamiento farmacológico puede ser también necesario.