MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, en sus siglas en inglés) ha revelado que iniciar el tratamiento antirretroviral del VIH poco después de producirse el contagio, como mucho dentro del primer año, es clave para preservar el sistema inmune de los pacientes.
En muchos países la decisión de cuándo iniciar el tratamiento suele basarse en el nivel de los linfocitos T CD4+, unos glóbulos blancos que determinan la salud inmunológica. Sin embargo, apuntan los autores en la revista 'JAMA Internal Medicine', también debería tenerse en cuenta el tiempo transcurrido desde que se produjo el contagio.
El estudio fue dirigido por Sunil Ahuja, de la Universidad de Texas, que analizó la influencia de la duración del tiempo transcurrido entre la infección por el VIH y el inicio del tratamiento en la recuperación de estos glóbulos blancos a niveles normales.
Los investigadores consideran "normal" unos niveles de 900 células T CD4+ por milímetro cúbico, en virtud de estudios previamente realizados, pero estos suelen reducirse considerablemente en aquellos pacientes que contraen el virus y no reciben tratamiento.
Al analizar un estudio con más de 5.000 personas con VIH, vieron que los niveles de células T CD4+ se recuperaban más rápido en aquellos pacientes que comenzaron el tratamiento durante el primer año con el virus y presentaban al menos 500 células T CD4+ por milímetro cúbico.
Del mismo modo, también vieron que esto supuso mayores beneficios para su sistema inmune, ya que se redujo su riesgo de desarrollar sida, presentaban un estado inflamatorio de sus células T (lo que a su vez se ha asociado a una progresión más lenta de la enfermedad) y presentaban una mejor respuesta de anticuerpos a la vacuna de la hepatitis B.
Un hallazgo, apuntan los científicos, que pueden apoyar la idea de iniciar el tratamiento poco después de la infección por el VIH, cuando sus células T CD4+ se encuentren en niveles relativamente altos.