Tratar la lesión cerebral traumática temprana, fundamental para evitar déficits cognitivos

Tratar la lesión cerebral traumática temprana evita déficits cognitivos
EMILY DENNIS/NEUROLOGY, THE MEDICAL JOURNAL OF THE
Publicado: jueves, 16 marzo 2017 8:13

   MADRID, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Los niños con percepción visual retardada como resultado de graves lesiones en la cabeza pueden derivar a cambios estructurales en sus cerebros que interrumpan el desarrollo normal, según un nuevo estudio de la Escuela de Medicina Keck De la Universidad del Sur de California (USC), en Estados Unidos.

   Los autores creen que su hallazgo es el primer paso para crear tratamientos específicos para una subpoblación de niños con lesiones cerebrales traumáticas, la principal causa de discapacidad entre los jóvenes, con el fin de salvar su cerebro de un mayor deterioro como consecuencia de una sacudida, un golpe o un impacto inicial en la cabeza.

   Investigadores de la USC y sus colegas examinaron las exploraciones cerebrales de 21 niños en el condado de Los Ángeles, Estados Unidos, que se cayeron de patinetes, 'scooters' y bicicletas o fueron resultaron golpeados por un automóvil cuando iban de pasajero o como peatón. Los participantes del análisis tenían entre 8 y 18 años cuando visitaron una unidad de cuidados intensivos pediátricos para lesiones cerebrales traumáticas moderadas a graves y se empleó a 20 niños sanos que no habían tenido una lesión cerebral como grupo de control.

   "Encontramos que los niños que habían tenido retrasos en los tiempos de transferencia de información entre los dos hemisferios cerebrales preentaban extensas regiones de desorganización de la sustancia blanca y pérdida progresiva del volumen de la sustancia blanca", explica la autora principal del estudio, Emily Dennis, investigadora postdoctoral en la Escuela de Medicina Keck. "En los niños, este trastorno de la mielina --el aislante que facilita la transferencia de información-- se agrava porque el cerebro todavía está madurando. La mielinación normalmente continúa más allá de los 30 años".

   Este estudio preliminar que se publica este miércoles en 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología, encontró que los niños que necesitaron más de 18 milisegundos para transferir información entre los hemisferios cerebrales no se recuperaron igual de bien de una lesión cerebral traumática en comparación con niños con lesiones similares. Más del 55 por ciento de las lesiones cerebrales traumáticas entre los niños de 0 a 14 años de edad son causadas por caídas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

   "Encontrar este potencial biomarcador puede ayudarnos a identificar a los pacientes que están en riesgo de una recuperación más prolongada --apunta Dennis--. Si podemos identificar a los niños que tardarán más en recuperarse de una lesión cerebral traumática, podremos desarrollar intervenciones que puedan utilizarse después de que salgan del hospital, pero antes de su continua pérdida de materia blanca".

EL PUENTE ENTRE LOS CEREBROS

   Los científicos tomaron imágenes de resonancia magnética ponderada por difusión de los jóvenes participantes del estudio entre dos a cinco meses después de su lesión y nuevamente alrededor de un año después. Los niños realizaron pruebas de habilidades de pensamiento y memoria. También se les hicieron electroencefalogramas (EEGs) mientras completaron una tarea computarizada de comparación de patrones, que permitió examinar la rapidez con que se transfirió la información de un hemisferio cerebral a otro.

   Los investigadores rastrearon la actividad cerebral a medida que se transfería la información a través de los hemisferios mediante el cuerpo calloso, un puente que se asemeja a una 'cresta' en el centro del cerebro con extensiones en ambos hemisferios. Durante la evaluación inicial, la mitad de los niños lesionados emplearon un tiempo de transferencia de más de 18 milisegundos mientras que la otra mitad estuvo en el rango normal de entre 7 a 10 milisegundos, más de 30 veces la velocidad del parpadeo de un ojo.

   Alrededor de un año más tarde, el grupo de niños cuyas transferencias de información llevaron más tiempo también experimentó una pérdida de materia blanca y desorganización en el cableado que conecta las diferentes regiones del cerebro. Sin embargo, el grupo cuya información viajaba a una velocidad normal no mostró diferencia significativa del grupo de control sano cuando se analizó su velocidad de procesamiento de memoria y su capacidad para controlar la inhibición.

   "El grupo de transferencia lenta comenzó con una peor integridad de la sustancia blanca y tenía una función cognitiva más pobre en un rango de dominios, ya sea en la velocidad de procesamiento del cerebro o el autocontrol --detalla Dennis--. Los problemas empeoran a medida que estos niños envejecen". El grupo de transferencia normal tuvo puntuaciones cognitivas ligeramente inferiores al grupo sano, pero la diferencia no fue estadísticamente significativa.

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