MADRID, 22 May. (EDIZIONES) -
El pie plano es una patología común en niños y bebés, pero también puede aparecer en los adultos con el paso de los años por un cambio en la forma del pie, en el que se observa una pérdida del arco plantar y un dolor progresivo en el mismo.
Si bien existen una serie de estructuras que tienden a evitar ese colapso, como el tendón del tibial posterior, el problema es que su sobrecarga por el trabajo antipronador puede acabar generando dolor, a nivel de su inserción en el arco interno del pie.
En este sentido, el traumatólogo del Hospital Vithas Nuestra Señora de América de Madrid, David Cimas, ha asegurado que una de las mejores opciones de tratamiento es la osteotomía del calcáneo. "Habitualmente intentamos conservar las articulaciones del paciente y lo conseguimos cambiando los apoyos del pie, por medio de pequeños cortes u osteotomías en el hueso, con lo que modificamos la forma de esa pisada preservando las articulaciones, es decir, siendo tremendamente conservadores con la movilidad del pie", ha señalado.
Se trata, por tanto, de una deformidad que se trata de forma conservadora y que tiene, posteriormente, un trabajo de rehabilitación con una plantilla correctora y con fisioterapia encaminada a reforzar ese tendón y a bajar la inflamación.
Ahora bien, en los casos con un mayor grado de deformidad, como pies planos rígidos, Cimas ha informado que existen otro tipo de técnicas en las que se sacrifica la movilidad para mejorar la forma del pie y preservar articulaciones como el tobillo y la rodilla. Estas técnicas estarían dentro del campo de la artrodesis, que como relata el especialista se trata de "fusionar los huesos deformados, para dar esa forma adecuada a la pisada".