MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un análisis reciente mostró que aunque los supervivientes adultos de cáncer infantil no difirieron en general de sus compañeros en cuanto a su satisfacción con sus vidas sexuales y sus relaciones sentimentales, los que recibieron tratamientos contra el cáncer que eran especialmente tóxicos para el sistema nervioso tenían menos probabilidades de haber tenido relaciones sexuales, mantener una relación o tener hijos.
Publicado en la edición digital temprana de 'Cancer', una revista revisada por pares de la Sociedad Americana del Cáncer, el informe destaca que incluso los grupos de pacientes que informaron haber conseguido menos de estos hitos psicosociales no dijeron de manera consistente tener menos satisfacción.
El tratamiento del cáncer durante la infancia puede ser perjudicial para el cerebro en desarrollo y causar deficiencias neurocognitivas duraderas que pueden contribuir a dificultades en las interacciones sociales. Por lo tanto, debido a sus tratamientos previos, los sobrevivientes de cáncer infantil también pueden enfrentarse a dificultades a la hora de intentar iniciar relaciones sexuales y sentimentales en la edad adulta.
"El desarrollo psicosexual implica alcanzar ciertos hitos, como el debut sexual, entrar en relaciones de compromiso o tener hijos", señala la doctora Vicky Lehmann, del Hospital Infantil Nacional y Universidad del Estado de Ohio, en Columbus, Estados Unidos. "Es una parte de convertirse en un adolescente o un adulto joven, pero comparar estos hitos sin tener en cuenta la satisfacción es insuficiente. Estos temas están poco estudiados entre los sobrevivientes de cáncer infantil", añade.
MISMA SATISFACCIÓN PERO TASAS MÁS BAJAS DE HITOS PSICOSEXUALES
Para investigarlo, la doctora Lehmann y sus colegas preguntaron a 144 adultos jóvenes supervivientes de cáncer infantil y 144 controles pareados que completaran cuestionarios sobre su desarrollo psicosexual, satisfacción sexual y satisfacción con el estado de su relación. Los autores también utilizaron información de la historia médica para calificar la neurotoxicidad del tratamiento recibido.
Aparte de tener menos parejas sexuales de por vida, los supervivientes no difirieron de los controles; pero subgrupos como sobrevivientes de tumores cerebrales y cualquier superviviente que recibió altas dosis de tratamientos neurotóxicos presentaban tasas más bajas de haber alcanzado peldaños del desarrollo psicosexual.
Lehmann señala que aunque los supervivientes que recibían tratamientos neurotóxicos con altas dosis registraban menos probabilidades de alcanzar ciertos hitos del desarrollo psicosexual, no estaban necesariamente menos satisfechos que otros. "Esto pone de relieve la naturaleza subjetiva de las cuestiones psicosexuales y la importancia de abordar cualquier preocupación en el cuidado de los supervivientes", señala.
Los investigadores han propuesto un amplio y novedoso sistema de clasificación de la neurotoxicidad del tratamiento del cáncer infantil para detectar aquellos que potencialmente están en mayor riesgo de deterioro de los resultados psicosexuales. "Esta clasificación podría utilizarse como una lista de comprobación en la práctica clínica", concluye Lehmann.
