Los tratamientos antipiojos deben usarse cuando hay infestación y desaconsejan usar preventivos

Actualizado: martes, 13 octubre 2009 12:28

Aseguran que los niños pueden volver al colegio "sin problemas" al día siguiente de iniciarse el tratamiento

MURCIA, 13 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los expertos advierten de que los tratamientos antipiojos únicamente deben usarse cuando hay infestación, desaconsejando usar productos para prevenirlos "porque no son efectivos", como tampoco lo es aumentar las dosis recomendadas o interrumpir el tratamiento una vez iniciado.

El dermatólogo del hospital Reina Sofía de Murcia, Jesús Hernández Gil, explicó a Europa Press que los tratamientos preventivos son "ineficaces" y aclaró que aplicar productos contra los piojos de forma incorrecta puede crear problemas de resistencia del piojo pero, sobre todo, causar otros como irritación cutánea, eccemas y heridas.

Hernández explicó que el piojo, en regiones como Murcia de clima benigno, está activo todo el año, aunque es en esta época cuando principalmente se concentran las cartas a los padres en los colegios e incluso los anuncios de productos para luchar contra la pediculosis, pues es la época en la que los niños vuelven a juntarse tras las vacaciones.

Y es que, la concentración de personas, y en especial de niños, facilita la propagación de los piojos debido al contacto 'cabeza con cabeza' que se suele producir en los juegos infantiles, pero aclaró que las personas adultas también pueden cogerlos, no así los animales, pues el piojo de la cabeza habita únicamente en humanos.

Igualmente, instó a los padres a tomarse el asunto "con calma y paciencia" y desterrar actitudes como la vergüenza o la ocultación, pues se trata de algo "normal" y que "no es cuestión para nada de falta de higiene". "De hecho, el piojo suele preferir el cabello limpio y largo, de ahí que las niñas lo cojan más", añadió.

Sobre cómo actuar, tanto si el niño tiene piojos como si llega una carta del colegio comunicando algún caso, Hernández señaló que lo primero es una revisión de la cabeza minuciosa. Si hay liendres o algún piojo hay que iniciar el tratamiento de inmediato "y seguirlo al pie de la letra".

Si no hay piojos o liendres, se debe seguir con las revisiones del cuero cabelludo, pues no todos los niños han de coger piojos porque haya casos en el centro educativo. De hecho, Hernández de mostró partidario de mirar las cabezas a modo de rutina periódica como método preventivo.

Respecto a los tratamientos, comentó que los más extendidos son a base de permetrina, en formato de champú o loción, y que usados correctamente son efectivos. Así, aclaró que hay que decantarse bien por el champú, bien por la loción, no emplear ambos a la vez, no sobrepasar el tiempo que hay que dejarlo en la cabeza, y repetir el tratamiento a la semana o diez días, según el producto. Mientras, se puede lavar la cabeza con champú normal.

Una vez hecho el primer tratamiento, es "muy importante" emplear una lendrera o peine fino para retirar las liendres, pues son huevos que no mueren con la permetrina al estar cerrados, por lo que si no se quitan del pelo, eclosionan a los pocos días y vuelve a aparecer la infestación.

"No es necesario estar pasando la lendrera continuamente, pero sí hay que hacerlo mientras dure el tratamiento", matizó Hernández, quien comentó que un truco casero para facilitar la eliminación de las liendres es empapar el peine en vinagre diluido con agua para ayudar a "despegarlas".

Hernández afirmó que los niños pueden volver al colegio "sin problemas" al día siguiente de iniciarse el tratamiento, pero comentó que debe comunicarse tanto al centro educativo como a la familia más cercana o personas que estén más en contacto con el menor. De hecho, reconoció que "es normal que acabe la familia entera poniéndose el tratamiento".

REMEDIOS CASEROS

Respecto a los remedios caseros empleados para los piojos, como el aceite de bebé o el ajo, Hernández indicó que algunos "tienen su fundamento y funcionan, porque antes no había los tratamientos que hay ahora y los productos eran más tóxicos y se empleaban estas alternativas". No obstante, alertó de la ineficacia de algunos como la gasolina o el jabón 'lagarto' que, además, pueden causar problemas cutáneos.

"Los tratamientos actuales a base de permetrina son rápidos y efectivos si se hacen bien", recalcó Hernández, quien descartó también cortar el pelo a los niños "ni para prevenir, ni para tratar".

"Hay que tomarlo con normalidad, seguir bien los tratamientos, comunicarlo al colegio y el entorno próximo y nunca apartar el niño, porque puede estar perfectamente al día siguiente de aplicarse el tratamiento manteniendo su actividad normal", resumió.

NI VUELAN NI LES GUSTA EL CALOR

Por su parte, el secretario del Colegio Oficial de Veterinarios de Murcia, Francisco Alonso de Vega, coincidió en que "lo principal es ni alarmarse, ni obsesionarse", y aconsejó una revisión calmada de la cabeza "porque a veces, por la propia sugestión, se acaban confundiendo con liendres lo que no es más que caspa".

Así, indicó que las zonas más comunes son detrás de las orejas, la coronilla y los laterales de la cabeza y matizó que las liendres, a diferencia de la caspa, no salen al darles con el dedo, ya que están "pegadas en el pelo por una especie de cemento". "Si no hay piojos ni liendres no hay que hacer nada", reiteró.

Entre los trucos para despegar las liendres, Francisco Alonso de Vega comentó que se puede cepillar el pelo, una vez seco, con un peine muy fino aplicándole el secador a la máxima potencia, pero advirtió que no debe hacerse con niños pequeños porque puede producir quemaduras debido a lo fino de su capa dérmica.

Y es que, los piojos de la cabeza, en contra de la creencia popular, no vuelan y, además, les gusta estar entre 22 y 24 grados, por lo que o mucho calor o temperaturas bajo cero lo matan. De hecho, indicó que la Región, por su clima, no es de las zonas de España con más casos de piojos, pues en el Norte de la península la incidencia es mayor.

Además del tratamiento propiamente dicho, hay que adoptar otras medidas que favorezcan la erradicación total de estos insectos succionadores y hematófagos (chupan sangre).

En este sentido, recomendó lavar las toallas y la funda de las almohadas "con agua lo más caliente posible" (a partir de los 50 grados). "Lamentablemente, prendas como los gorros o las bufandas puede que encojan", agregó Alonso, quien también aconsejó pasar la aspiradora "y mejor la 'vaporetta' si se tiene" por los cojines del sofá, especialmente en los brazos del sofá si la persona infestada suele tumbarse.

A su vez, indicó que hay que lavar los peines, cintas del pelo, gomas, diademas, etc., sumergiéndolas en la solución con la que se haga el tratamiento durante el mismo tiempo que se indique para la cabeza o, en el caso de que el material lo resista, meterlo en agua hirviendo. "Hay que desinfectar lo que haya entrado en contacto con la cabeza o se corre el riesgo de una reinfestación", advirtió.

Por último, Francisco Alonso de Vega detalló que existen dos clases de piojos: el 'pedículus capitis', que afecta exclusivamente la cabeza y no está relacionado con la suciedad o los malos hábitos higiénicos; y el piojo del cuerpo (pedículus humanus corporis), que vive en las costuras de la ropa, especialmente en los dobladillos inferiores, y está relacionado con el hacinamiento y la suciedad.

"Antiguamente, no se tenía tanto miedo a los piojos e incluso se creía que eran síntoma de buena salud", desveló Francisco Alonso de Vega, quien relató que en la India "existe la creencia de que el Dios de los cielos se sacudió los piojos y cayeron a la tierra creándose los hombres", concluyó.