MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
Científicos han demostrado en ratones que células de la piel reprogramadas en células madre del cerebro y trasplantadas al sistema nervioso central ayudan a reducir la inflamación y pueden ayudar a reparar el daño causado por la esclerosis múltiple (EM). El estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, es un paso hacia el desarrollo de un tratamiento personalizado basado en las células de la piel de un paciente para las enfermedades del sistema nervioso central (SNC).
En la esclerosis múltiple, el propio sistema inmune del cuerpo ataca y daña la mielina, la cubierta protectora alrededor de las fibras nerviosas, causando la interrupción de los mensajes enviados alrededor del cerebro y la médula espinal. Los síntomas son impredecibles e incluyen problemas de movilidad y equilibrio, dolor y fatiga severa.
Las células inmunes clave involucradas en causar este daño son los macrófagos (literalmente 'grandes comedores'), que normalmente sirven para atacar y librar al cuerpo de intrusos no deseados. Un tipo particular de macrófago conocido como microglía se encuentra en todo el cerebro y la médula espinal: en formas progresivas de la EM, atacan el SNC, causando inflamación crónica y daño a las células nerviosas.
Los avances recientes han aumentado las expectativas de que las enfermedades del SNC pueden mejorarse mediante el uso de terapias con células madre. Las células madre son las "células maestras" del cuerpo, que pueden convertirse en casi cualquier tipo de célula dentro del cuerpo. Un trabajo previo del equipo de Cambridge ha demostrado que el trasplante de células madre neurales (NSC, por sus siglas en inglés), células madre que se desarrollan en células nerviosas en parte, reduce la inflamación y puede ayudar a sanar el SNC lesionado.
Sin embargo, incluso si pudiera desarrollarse dicha terapia, se vería obstaculizada por el hecho de que tales NSCs se obtienen de embriones y, por lo tanto, no se pueden obtener en cantidades suficientemente grandes. Además, existe el riesgo de que el cuerpo los vea como un invasor extraterrestre, desencadenando una respuesta inmune para destruirlos.
Una posible solución a este problema sería el uso de las denominadas células madre neurales inducidas (iNSCs, por sus siglas en inglés). Estas células pueden generarse al tomar las células de la piel de un adulto y "reprogramarlas" para que se conviertan en células madre neurales. Como estas iNSCs serían propias del paciente, es menos probable que desencadenen una respuesta inmune.
CONVERTIR LAS CÉLULAS INMUNES MALAS EN BUENAS
Ahora, en una investigación publicada en la revista 'Cell Stem Cell', investigadores de la Universidad de Cambridge han demostrado que las iNSCs pueden ser una opción viable para reparar parte del daño causado por la esclerosis múltiple. Utilizando ratones que habían sido manipulados para desarrollar esclerosis múltiple, los autores de este trabajo descubrieron que la EM crónica aumenta significativamente los niveles de succinato, un pequeño metabolito que envía señales a los macrófagos y la microglía, engañándolos para que causen inflamación, pero solo en el líquido cefalorraquídeo, no en la sangre periférica.
El trasplante de NSC e iNSCs directamente al líquido cefalorraquídeo reduce la cantidad de succinato, reprogramando los macrófagos y la microglía, en esencia, convirtiendo las células inmunes "malas" en "buenas". Esto conduce a una disminución de la inflamación y el posterior daño secundario al cerebro y la médula espinal.
"Nuestro estudio con ratones sugiere que usar las células reprogramadas de un paciente podría proporcionar una vía para el tratamiento personalizado de enfermedades inflamatorias crónicas, incluidas las formas progresivas de EM", dice el autor principal del estudio, Stefano Pluchino, del Departamento de Neurociencias Clínicas de la Universidad de Cambridge.
"Esto es particularmente prometedor, ya que estas células deberían ser más fáciles de obtener que las células madre neurales convencionales y no conllevarían el riesgo de una respuesta inmune adversa", afirma. El equipo de esta investigación fue dirigido por el doctor Pluchino, junto con el doctor Christian Frezza, de la Unidad de Cáncer MRC de la Universidad de Cambridge, y reunió a investigadores de varios departamentos universitarios.
El doctor Luca Peruzzotti-Jametti, primer autor del estudio y miembro de 'Wellcome Trust Research Training', destaca: "Hicimos este descubrimiento al reunir a investigadores de diversos campos, incluidos la medicina regenerativa, el cáncer, la biología mitocondrial, la inflamación y los accidentes cerebrovasculares y la reprogramación celular. Sin esta colaboración multidisciplinaria, muchas de estas ideas no hubieran sido posibles".