MADRID, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -
El psiquiatra de Vithas Castellón, Sergio Arques, advierte de que, a principios de año, sobre todo en enero y febrero, suelen aumentar el número de depresiones y los casos de ansiedad, decaimiento o insomnio debido a la disminución de la luz solar y al fin de las vacaciones.
"La luz solar es clave para nuestro estado de ánimo y la menor exposición a ella puede provocar en muchas personas cambios en los ritmos naturales del organismo", explica, añadiendo que, cuanto más largo es el período de luz, mayor es el sentimiento de bienestar general. "Es entonces cuando tenemos más energía, nos sentimos más activos y felices", afirma.
Esto, sumado a la adaptación a la rutina después de una Navidad diferente debido a las restricciones en las reuniones con los seres queridos y a la situación de la pandemia mundial, implica que algunas personas puedan sentir un estado de tristeza y angustia que, si se alarga en el tiempo, podría conllevar "no solo problemas de depresión o insomnio, sino también otras dolencias como afecciones digestivas o dermatológicas", detalla el especialista.
TRASTORNO AFECTIVO ESTACIONAL
De hecho, algunas personas pueden incluso sufrir trastorno afectivo estacional (TAE), que es un tipo de depresión que puede llegar a ser muy incapacitante, ya que evita que la persona realice sus tareas de manera normal. Es la conocida también como depresión de invierno, pues se ajusta a dicho patrón estacional.
"Por lo general, comienza en el otoño y desaparece en la primavera y viene desencadenada por la respuesta del cerebro a la disminución de la exposición a la luz natural", apunta el especialista, aunque puntualiza que, pese a que la forma más común de este trastorno ocurre durante el invierno, algunas personas experimentan síntomas durante la primavera y el verano. También detalla que, aunque con frecuencia es una afección de los adultos, también puede afectar niños y adolescentes.
En el TAE, además, juega un papel importante la producción de melatonina y serotonina del cerebro. "Durante el invierno, el cuerpo produce más melatonina, que estimula el sueño, y menos serotonina, que es lo que combate la depresión", ha subrayado Arques.
Por todo ello, el doctor recomienda tener en cuenta lo que cada uno de verdad quiere y desea, siendo "fundamental" marcarse objetivos puntuales a corto y medio plazo. "Todo ello sin olvidar la importancia de definir a largo plazo cómo nos gustaría organizar nuestra vida", puntualiza, y aclara que no se trata de fijar objetivos "típicos" marcados socialmente como adelgazar, dejar de fumar o ir al gimnasio, sino de lo que realmente se plantea cada persona a nivel individual".
Por ello, el doctor Arques aboga por afrontar el inicio del nuevo año con un "espíritu optimista". "Enero es buen momento para fijar la atención en los planes y centrarse en la acción de realizarlos", señala. Así, aconseja "llenar la mente con proyectos" para encontrar una motivación. Además, continúa, los hábitos saludables son "muy importantes", por lo que recomienda huir del sedentarismo practicando algo de ejercicio, dieta mediterránea, sin olvidar la importancia de dormir las horas necesarias.