MADRID 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un equipo del Departamento de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) ha descubierto que cuando los afectados por fibromialgia realizan trabajos que no conllevan ninguna actividad física sus síntomas empeoran, pese a tratarse de una enfermedad que se caracteriza por dolores crónicos en músculos, fatiga y cuadros de ansiedad.
Así se desprende de un artículo publicado en la revista 'Rheumatology International', que recoge las conclusiones de un estudio realizado en colaboración en colaboración con el Hospital Gregorio Marañón (Madrid), el Hospital General Universitario de Alicante y Pfizer, que contó con 301 pacientes (291 mujeres y 10 hombres) de 15 centros hospitalarios de toda España.
La población estudiada llevaba más de diez años con la enfermedad y, de todos ellos, 171 se encontraban en activo. Además, de estos se observó que un 67,8 por ciento habían sufrido una invalidez temporal laboral durante los últimos doce meses, mientras que un 32,8 por ciento restante había podido trabajar de forma regular.
De este modo, observaron que trabajar resulta beneficioso para este tipo de pacientes, "siempre que la tarea se ajuste a la capacidad funcional", ha explicado el autor del estudio y catedrático de Psicología Clínica de la UNED, Miguel Ángel Vallejo, matizando que cuando el enfermo realiza una actividad excesiva, fatigándose o sufriendo dolor, la actividad laboral podrá empeorar la enfermedad.
Pero, dado que la mejora de la condición física resulta positiva para el paciente ya que mejora su condición neuromuscular, también observaron que aquellas actividades sedentarias que implican un escaso esfuerzo físico, como el trabajo de oficina, conducir o atender en un comercio, pueden ser "perjudiciales".
"Es negativo reducir e incluso anular prácticamente la actividad", ha insistido el investigador al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC), recogidas por Europa Press, ya que también se reducen las capacidades físicas del paciente y además, le supone un gran golpe, puesto que "deja de sentirse útil".
No obstante, según explica Vallejo, "el trabajo es, en muchos casos, el principal ámbito de desarrollo personal y social por lo que su retirada supone una pérdida muy relevante para la persona".
De hecho, el estudio pone de manifiesto la influencia de esta dolencia en la jornada laboral de los pacientes, ya que de los 101 pacientes que no trabajaban, el 66,9 por ciento dejó su empleo a causa de la fibromialgia.
Además de enfrentarse diariamente a una larga lista de síntomas de la enfermedad, los enfermos chocan cada día con la incomprensión de sus familiares, amigos y compañeros de trabajo, reconoce este experto.
"La persona con fibromialgia se encuentra estigmatizada socialmente", afirma el investigador, ya que "como se trata de una enfermedad con causa desconocida, algunos médicos cuestionan su existencia", ha añadido.