MADRID, 27 Mar. (Reuters/EP) -
Una investigación a largo plazo realizada en varios países europeos ha desvelado que los hombres que trabajan durante 30 años con sustancias químicas que alteran el sistema hormonal, tales como algunos pesticidas, cosméticos o envases plásticos, tienen más riesgo de desarrollar tumores en el tejido linfático.
Así se desprende de los resultados publicados en la revista 'British Journal of Cancer', basados en el análisis comparativo de alrededor de 2.000 pacientes con linfoma y otros tantos ciudadanos sin cáncer entrevistados entre 1998 y 2004 en España, Francia, Alemania, Italia, Irlanda y República Checa.
"Los llamados disruptores endocrinos son sustancias químicas que interfieren con nuestro sistema endocrino (hormonas)", ha explicado Laura Costas, del Instituto Catalán de Oncología de Barcelona (ICO), una de las principales autoras del trabajo.
Algunas de estas sustancias actúan activando o bloqueando los receptores del sistema hormonal, que tiene un "equilibrio moderado", mientras que otros pueden modificar la producción de hormonas naturales. Una alteración que, según esta experta, "puede producir problemas de salud".
Todos los encuestados describieron todos los empleos que habían desempeñado durante al menos un año y los autores trataron de definir en qué casos podían haber implicado la exposición a disruptores endocrinos de manera continuada.
Del grupo de participantes sin cáncer, sólo en un 15 por ciento se constató haber estado en contacto con este tipo de compuestos en el ámbito laboral durante al menos 30 años.
En cambio, de las 1.720 personas con cáncer, 633 tenían una exposición demostrada a productos químicos, 438 tenían una posible exposición y 588 era poco probable que hubieran estado expuestos. Y aunque no se pudo determinar una asociación directa con el riesgo de linfoma, sí se vio que a medida que aumentaba la duración de la exposición el riesgo fue mayor.
A MAYOR EXPOSICIÓN, MÁS RIESGO
Así, los hombres que habían estado expuestos a una sustancia química durante más de 30 años tuvieron un 32 por ciento de probabilidades de desarrollar un linfoma, en comparación con quienes no habían estado expuestos. Sin embargo, el trabajo no mostró este mayor riesgo en mujeres.
Los autores reconocen que el trabajo se basa en exposiciones a sustancias que se produjeron hace muchos años y ahora las condiciones de seguridad en el trabajo "han mejorado sustancialmente".
No obstante, se trata de una asociación que "merece ser más investigadas para confirmarla y concluir que su exposición causa linfoma", según Costas, que ha reconocido que el trabajo es "una fuente de exposición más" pero también hay otras como la dieta que también deben ser estudiadas.
Además, cree que esta relación podría servir para explicar por qué los linfomas son más comunes en hombres, si bien los disruptores endocrinos pueden tener otros efectos sobre la salud de la mujer.