MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
Trabajar en turnos de noche se asocia a varios resultados negativos para la salud, entre ellos un mayor riesgo de infecciones. Ahora, un grupo internacional de investigadores ha estudiado cómo afecta el trabajo por turnos y el trabajo cara a cara con otras personas al riesgo de contraer COVID-19 y a la gravedad de la infección.
Un total de 7.141 trabajadores de 16 países respondieron a una encuesta por Internet sobre sus condiciones de trabajo, si habían sido infectados por el coronavirus, la gravedad de la infección y si habían sido hospitalizados a causa de COVID-19.
Los que trabajaban cara al público tenían, como era de esperar, un mayor riesgo de contraer la COVID-19. "Sin embargo, no tenían un mayor riesgo de contraer una infección más grave que los que no trabajaban cara a cara con otras personas", afirma Bjorn Bjorvatn, primer autor del artículo y catedrático de Medicina del Departamento de Salud Pública Mundial y Atención Primaria de la Universidad de Bergen (Noruega).
En comparación con los trabajadores diurnos, los trabajadores por turnos no tenían un mayor riesgo de infectarse. Bjorvatn lo explica por el hecho de que el virus es muy contagioso y la tasa de infección en la sociedad general es alta.
"No es probable que los trabajadores por turnos estén expuestos a más virus que los trabajadores diurnos. Sin embargo, una vez infectados, los trabajadores por turnos tenían un riesgo casi seis veces mayor de ser hospitalizados debido al COVID-19, en comparación con los trabajadores diurnos", ha resaltado.
Esto apoya la hipótesis de que la privación de sueño afecta negativamente al sistema inmunitario. "Otros estudios muestran que la respuesta a la vacunación es más pobre en personas con falta de sueño. Por lo tanto, los trabajadores por turnos deberían vacunarse después de haber dormido bien", ha aconsejado Bjorvatn.