MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
La tos ferina está en aumento y su incidencia ya supera las cifras prepandémicas, por lo que expertos del Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie de Chicago (Estados Unidos) insisten en la importancia de la vacunación. No obstante, mientras que en adultos y niños mayores puede ser molesta y durar meses, en bebés pequeños la tos ferina puede ser potencialmente mortal.
En Estados Unidos, la mayoría de los niños menores de dos meses con tos ferina son hospitalizados. Así, en un artículo especial publicado en 'Pediatrics', los expertos recomiendan encarecidamente la vacunación, especialmente durante el embarazo.
"Los síntomas de la tos ferina son diferentes en los bebés", argumenta la doctora Caitlin Li, autora principal del estudio, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Infantil Ann & Robert H. Lurie de Chicago y profesora adjunta de Pediatría en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern. "La tos ferina característica puede no presentarse, pero la apnea, o interrupción de la respiración, es común".
La tos ferina en bebés también puede presentarse con un recuento muy alto de glóbulos blancos ("leucocitosis"), que los pediatras podrían confundir con cáncer u otras afecciones no infecciosas. Según los autores, un recuento extremadamente alto de glóbulos blancos en bebés debería justificar la sospecha de tos ferina.
"Dado que los bebés corren un alto riesgo de sufrir complicaciones, la vacunación de las madres contra la tos ferina durante el embarazo es fundamental, ya que protege a los recién nacidos contra esta enfermedad potencialmente mortal", enfatiza la doctora Li. "La vacunación generalizada también es una herramienta importante para proteger a todos".
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan actualmente dosis de la vacuna a los 2, 4, 6, 15-18 meses y 4-6 años de edad. Se recomienda una dosis de refuerzo a los 11-12 años, con dosis de refuerzo hasta los 18 años. Los CDC también recomiendan la vacunación universal durante el embarazo, idealmente entre las 27 y 36 semanas de gestación, como principal medida para prevenir las muertes relacionadas con la tos ferina.
Por otra parte, se recomienda el inicio rápido del tratamiento antibiótico en todos los pacientes con tos ferina confirmada o sospechada. Si se administra al inicio de la enfermedad, este tratamiento puede mejorar los síntomas. Si bien es poco probable que un tratamiento posterior afecte los síntomas, sí reduce la transmisión.