MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
Tomar el sol puede afectar negativamente los niveles hormonales de las mujeres posmenopáusicas y esto puede contribuir a provocar diversos problemas de salud, que van desde problemas en la estructura ósea hasta dificultades para cicatrizar heridas, según se desprende de un estudio realizado en la Universidad de Bergen en Noruega.
Durante varios años, ha estudiado el equilibrio hormonal de las mujeres en relación con la menopausia: qué efectos tienen los cambios en los niveles hormonales sobre la salud y el bienestar, cómo los factores ambientales afectan los niveles hormonales y cómo estimar el progreso de la transición menopáusica, entre otras cosas. Leer más: Calculando la menopausia con lógica difusa.
"Cuando una mujer llega a la menopausia, vemos la disminución de los niveles de estrógenos y un aumento de otras hormonas, llamadas gonadotropinas", señala el autor del estudio, Kai Triebner, quien ha conseguido asociar la radiación UV al cambio de niveles de estrógenos y gonadotropinas.
En el estudio, que se publica en 'Maturitas', Triebner y su equipo han recopilado datos de 580 mujeres posmenopáusicas de Europa occidental, que participan en la Encuesta de salud respiratoria de la Comunidad Europea (ECRHS). Utilizando datos satelitales, han desarrollado un modelo de cuánta radiación UV han estado expuestas las mujeres, dependiendo de su lugar de residencia. También pidieron a las mujeres que indicaran cuánto tiempo pasaban al sol; qué partes del cuerpo suelen estar expuestas y si usan protector solar.
"La base del modelo es un estudio de validación de ISGlobal en Barcelona donde han utilizado un collar para medir la exposición a la radiación UV", explica Triebner. También midieron las concentraciones de hormonas y las compararon con la exposición a los rayos UV durante el mes anterior.
Así, encontraron que los participantes que estaban más expuestos a la luz solar tenían niveles más bajos de estrógenos y más gonadotropinas en comparación con los expuestos a niveles más bajos de radiación UV. "Un nivel bajo de estrógeno y un nivel alto de las otras hormonas aumentan el riesgo de osteoporosis, enfermedades cardíacas y enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer", señala Triebner.
Las mujeres incluidas en el estudio eran de Dinamarca, Noruega, Suecia, Islandia, Francia y España, es decir, un segmento transversal de Europa Occidental. Las mujeres que usaron medicación hormonal fueron excluidas del estudio. El país de residencia de los participantes no pareció causar una gran diferencia en la exposición a los rayos UV.
Por tanto, la recomendación principal es controlar la exposición al sol después de la menopausia, ya que es potencialmente dañina. No obstante, los investigadores recuerdan que, por otro lado, se necesita luz ultravioleta para mantener el nivel de vitamina D alto y mantenerse saludable.
"La cantidad de vitamina D que necesita varía de una persona a otra y del lugar donde vive. Como regla general, se recomienda de diez a quince minutos al día al sol con la cara y los antebrazos expuestos", señala, y si excede de este tiempo de exposición, la recomendación es usar protector solar, independientemente de si la mujer se quema fácilmente o no cuando toma el sol.
"A día de hoy, no hay ningún estudio que profundice en esto", señala Triebner, quien destaca que con este estudio se empieza a ver qué efecto tiene la radiación ultravioleta en los niveles hormonales de las mujeres y el envejecimiento reproductivo. Los investigadores han identificado una asociación entre la dosis de radiación ultravioleta después de la menopausia y las concentraciones de hormonas en sangre.
Todavía no saben qué efecto tiene el sol en el equilibrio hormonal de las mujeres más jóvenes, este podría ser el siguiente paso de la investigación. "La radiación ultravioleta puede afectar el momento en que se llega a la menopausia. Pero también podría ser plausible que la radiación ultravioleta tenga un efecto beneficioso sobre el equilibrio hormonal antes de la menopausia. Como investigadores, sólo hemos sumergido el dedo del pie en el agua". Aún queda mucho por investigar", concluye.