MADRID, 22 Ago. (EUROPA PRESS) -
El uso relativamente breve de medicamentos inmunosupresores para controlar una enfermedad inflamatoria no se asoció a un mayor riesgo de desarrollar cáncer más adelante, según una nueva investigación dirigida por científicos de la Universidad de Pittsburgh (EEUU) y Mass Eye and Ear, miembro del sistema sanitario Mass General Brigham, y publicada en la revista 'BMJ Oncology'.
Según los investigadores, los resultados deberían tranquilizar a los pacientes y a los médicos que dudan en recetar estos medicamentos porque se sabe que aumentan el riesgo de cáncer en las personas que los toman durante muchos años para evitar consecuencias, como el rechazo de órganos en receptores de trasplantes.
"Cuando obtuvimos estos resultados, me tranquilicé, y espero que los pacientes también", ha declarado la autora principal, Jeanine Buchanich, decana asociada de investigación y profesora asociada de bioestadística en la Escuela de Salud Pública de Pitt.
"Los inmunosupresores son ampliamente utilizados y transformadores para el cuidado de pacientes con enfermedades inflamatorias, pero la preocupación potencial de que conllevan un riesgo de cáncer ha obligado a la gente a tomar decisiones difíciles sin suficiente información. Aliviar esa preocupación con el uso para las enfermedades inflamatorias ayudará a la gente a tomar la decisión de tratamiento que sea adecuada para ellos", ha añadido Buchanich.
Los nuevos hallazgos proceden de la Cohorte de Terapia Inmunosupresora Sistémica para Enfermedades Oculares (SITE), que se inició hace dos décadas cuando el investigador principal, John Kempen, científico principal y director de epidemiología oftalmológica del Mass Eye and Ear y profesor de oftalmología de la Facultad de Medicina de Harvard, se puso en contacto con Buchanich para colaborar en la evaluación del riesgo de cáncer en personas con enfermedades inflamatorias oculares no infecciosas que toman inmunosupresores.
Estas enfermedades oculares están causadas por una disfunción inmunitaria y no provocan cáncer por sí mismas, pero pueden ser muy graves y causar ceguera. Además, suelen tratarse con medicamentos inmunosupresores, que los pacientes suelen tomar de varios meses a varios años.
Esta nueva investigación añade pruebas al limitado riesgo de cáncer asociado a los tratamientos inmunosupresores descubierto por el consorcio del estudio SITE. En un estudio publicado el mes pasado en 'Ophthalmology', los investigadores no hallaron un mayor riesgo de mortalidad general o relacionada con el cáncer en las personas que tomaban inmunosupresores de uso habitual. El estudio incluyó a 15.938 participantes en el SITE a los que se realizó un seguimiento durante una media de 10 años.
El estudio publicado en 'BMJ Oncology' incluyó a 10.872 participantes, lo que en última instancia abarcó al 84 por ciento de los participantes inscritos en el SITE que vivían en uno de los 12 estados de los que el equipo de investigación obtuvo datos que vinculaban a los participantes con los registros de cáncer de cada estado.
Aunque la mayoría de los estados realizan un seguimiento de la incidencia del cáncer, no existe un registro federal centralizado del cáncer, y los distintos estados exigen distintos permisos y utilizan distintas interfaces para compartir los datos. Por este motivo, es difícil realizar estudios epidemiológicos del cáncer a gran escala en EEUU, lo que hace que este estudio que incorpora años de datos de varios estados sea una rareza, según indican los investigadores.
El equipo realizó un seguimiento de cada participante durante una media de 10 años después de tomar medicamentos inmunosupresores, o durante un periodo de tiempo similar en el caso de los que no tomaban inmunosupresores, para ver si alguna vez desarrollaban cáncer.
El estudio abarcó cuatro categorías diferentes de inmunosupresores (inhibidores del TNF, antimetabolitos, agentes alquilantes e inhibidores de la calcineurina), y algunos pacientes tomaban más de un tipo. Los pacientes tomaron los medicamentos durante una media de un año.
En las cuatro clases de inmunosupresores, los científicos no hallaron indicios de un riesgo excesivo de cáncer en los pacientes que los tomaban a corto plazo, independientemente de la dosis.
Aunque el estudio sólo analizó a personas con enfermedades oculares no infecciosas y los investigadores advierten de que los resultados no son generalizables a todas las personas que toman inmunosupresores, "los resultados probablemente sí sean generalizables a los pacientes con enfermedades inflamatorias", ha señalado Kempen.
"De hecho, los pacientes de nuestro estudio tendían a presentar una menor incidencia de cáncer que los no inmunodeprimidos, lo que sugiere que es muy improbable que los inmunosupresores de uso común administrados a corto o medio plazo aumenten el riesgo de cáncer en general", ha afirmado Kempen.
"Este resultado es fundamental para un gran número de pacientes con afecciones oculares inflamatorias y una amplia gama de pacientes con otras enfermedades inflamatorias", ha finalizado.