MADRID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
¿Alguna vez te has quedado atrapado en una rutina que parece imposible de romper? Imagina que tu cerebro tiene un “botón de repetición” que hace que sigas haciendo lo mismo una y otra vez, aunque ya no tenga sentido. Lo sorprendente es que los investigadores han encontrado este mecanismo en ratones, y podría explicar por qué a veces nos cuesta tanto dejar ciertos hábitos.
EL INTERRUPTOR SECRETO DE LA REPETICIÓN
Investigadores del Instituto Karolinska de Suecia han identificado un circuito cerebral capaz de desencadenar comportamientos repetitivos y compulsivos en ratones, incluso en presencia de recompensas naturales como comida o contacto social. El estudio, publicado en la revista 'Science Advances', podría contribuir a un mayor conocimiento sobre el trastorno obsesivo-compulsivo y la adicción.
Tanto los animales como los humanos pueden quedar atrapados en ciertos comportamientos, pero se desconocía cómo se regula esto en el cerebro. Ahora, los investigadores han podido demostrar que un circuito nervioso específico en el cerebro puede poner los comportamientos en una especie de 'modo de repetición', donde los ratones continúan realizando las mismas acciones una y otra vez, incluso cuando ya no hay recompensa.
Los investigadores estudiaron un circuito neuronal que va desde el núcleo accumbens, parte del sistema de recompensa del cerebro, hasta una región del hipotálamo, la cual, a su vez, está conectada con la habénula lateral, un área que procesa experiencias desagradables.
Al activar este circuito mediante optogenética, un método que controla las células nerviosas con luz, los investigadores lograron inducir un estado negativo en ratones que los llevó a realizar comportamientos repetitivos como cavar y olfatear, incluso cuando tenían acceso a comida u otras recompensas.
"Hemos identificado un circuito cerebral que puede cambiar el comportamiento a un modo repetitivo. Esto nos ayuda a comprender cómo surgen las acciones compulsivas y puede contribuir a comprender mejor algunas afecciones como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y la adicción", aporta Konstantinos Meletis, profesor del Departamento de Neurociencia del Instituto Karolinska, quien dirigió el estudio junto con Daniela Calvigioni, profesora asistente del mismo departamento.
RECOMPENSAS QUE NO IMPORTAN
El estudio muestra que la activación repetida del circuito entre el núcleo accumbens y el hipotálamo induce gradualmente un estado negativo que provoca que los ratones prioricen las conductas repetitivas sobre sus necesidades naturales. Cuando los investigadores desactivaron la parte del circuito que conecta el hipotálamo con la habénula, la conducta compulsiva desapareció.
"Esto nos permite comprender mejor cómo el cerebro puede priorizar ciertos comportamientos sobre otros, incluso cuando no son funcionales ni gratificantes", detalla Konstantinos Meletis.
Los resultados se basan en una serie de experimentos en los que los investigadores combinaron herramientas genéticas para identificar y rastrear células nerviosas específicas, métodos para medir la actividad cerebral, optogenética para controlar dicha actividad y diversas pruebas de comportamiento. Esto permitió vincular comportamientos compulsivos con circuitos cerebrales específicos.