MADRID, 22 Abr. (EDIZIONES) -
Todos venimos de vivir una crisis, pero no todo el mundo la ha vivido con la misma intensidad. Este último año la vida nos ha sacudido y cambiado nuestra forma de trabajar, de relacionarnos, lo cuidadosos que podíamos ser con la higiene, la salud, nos ha cambiado el ritmo de vida, o nuestros proyectos.
"Para algunos ha sido más duro que para otros, el teletrabajar con niños pequeños en casa ha sido una odisea, y para otros ha sido por otra parte un regalo. Se trata de un momento en el que todos hemos sucumbido y debemos plantear soluciones para cualquier tipo de crisis, ya no solo un confinamiento y el coronavirus, sino que estas soluciones las podemos adaptar a una ruptura, a un duelo, o incluso a una crisis existencial", defiende la psicóloga Patricia Ramírez, que acaba de publicar 'Somos Fuerza' (Grijalbo), un manual que pretende servir de guía para afrontar las situaciones adversas y las crisis vitales.
En una entrevista con Infosalus, Ramírez, que tiene un máster en Psicología Clínica y de la Salud y un doctorado en el departamento de Personalidad, Evaluacio*n y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada, apunta en primer lugar a la necesidad de aceptar las situaciones que nos vienen en la vida, aunque en muchas ocasiones no nos gusten, y a la necesidad de aprender a vivir con ellas.
"Casi siempre hay una parte de aceptación en los momentos de crisis. En muchas ocasiones tiene que ver con esa parte de aceptar lo que ha sucedido porque en parte tú lo has provocado. Por ejemplo, al ser desconfiado en tu pareja o no haber sido lo suficientemente cariñoso, al final eso te ha llevado a que te dejen. Siempre hay una parte que tenemos que aceptar porque no la podemos cambiar, nos viene impuesta, o por un motivo económico o por un motivo social o una enfermedad", reconoce.
Según defiende, aceptar significa ser consciente de 'lo que pasa está pasando', sea injusto o no, y dejar el drama y la queja: "Normalmente cuando algo te viene impuesto y es injusto solemos tender a ello, nos quedamos en bucle ahí con todo aquello que pensamos que merecemos, echándole a la vida en cara que es injusta con nosotros cuando es injusta con todos. En esa parte de la vida, no te queda atención y energía y vitalidad para centrarte en lo que depende de ti".
Aunque sí subraya que la queja al principio puede servirnos como desahogo en estos procesos, sí hace hincapié en que debe ser limitada, "todos debemos darnos siempre un tiempo", pero después aprender a vivir con ello y aceptar lo que nos ha venido para poder liberar esa atención y energía, y dedicarlas a la reconstrucción o a buscar soluciones si se puede, como por ejemplo buscar un nuevo trabajo, o conocer a gente nueva para tener otra pareja. "Debemos movilizarnos en la dirección que queremos tener, no sobre aquello que hemos perdido", añade.
EL EFECTO SANADOR DE LA AUTOCOMPLACIENCIA
Por otro lado, Patricia Ramírez defiende "el poder sanador de la autocomplacencia", en los procesos de crisis. Según refiere, la aceptación conlleva asumir lo que hay a nuestro alrededor, mientras que la autocomplacencia "es como un nivel superior de la aceptación, aceptarnos a nosotros mismos, y con la aceptación de lo que hay a nuestro alrededor".
Aquí la psicóloga hace hincapié en un error muy frecuente que solemos cometer en nuestra vida y es el pensar que seremos felices cuando tengamos el trabajo que nos guste o una pareja que deseamos, por ejemplo.
"Si buscamos el bienestar cuando sigamos buscando aspectos que queremos en nuestra vida no lo lograremos. Tenemos que tratar de disfrutarnos, de tener una rutina, de autocuidarnos, de contemplarnos como personas con dignidad. Soy maravillosa tenga la forma que tenga mi cuerpo, sean cuales sean mis valores y mi trabajo. Primero acepto lo que soy, lo que tengo, y en el camino cambiaré lo que quiera, y dejaré de pensar que no soy válida, o que a los demás les va a mejor que a nosotros, porque eso no nos ayuda a vivir felices", destaca.
A su vez, Ramírez recalca que cuando una persona aprende a estar bien como está y a ser autocomplaciente su seguridad y confianza aumentan. Ahora bien, avisa de que si no las tenemos también está bien, porque podemos tomar decisiones y vivir nuestro día a día igual, a pesar de no estar seguros de lo que hacemos. "La seguridad y la confianza están sobrevaloradas muchas veces. Incluso cuando vas haciendo camino esa confianza y seguridad te van acompañando y se van haciendo más fuertes", sostiene la psicóloga.
Por eso dice que hay que aceptar la inseguridad como parte del proceso de duelo o de crisis: "Normalmente, en estos procesos la autoestima se ve afectada al vernos débiles y vulnerables y pensamos que solo esto nos pasa a nosotros y empezamos a compararnos por ejemplo. Tendemos a pensar en lo que hemos fallado y esto nos debilita. Es normal que haya más inseguridad y desconfianza en momentos de crisis. Debemos entonces aprender a pensar que las crisis son temporales y esto nos ayuda a mantener la esperanza".
Igualmente, la autora de 'Somos fuerza' ensalza el valor de la ayuda en los procesos de crisis o de duelo porque, "aunque las personas somos 'ayudadoras' por naturaleza", no estamos acostumbrados a pedir ayuda cuando lo necesitamos realmente. El problema que ve aquí es que muchas veces quienes nos rodean intentan ayudarnos con mil consejos, que no nos sirven, por lo que siempre defiende que debemos pedir aquello que necesitemos.
"Hoy tengo la última sesión de quimio, quédate a dormir conmigo que lo paso fatal en esta noche. Necesito que me vayas a hacer la compra. Por ejemplo. Si no pides, los demás no podrán aliviar lo que necesites".
En última instancia, la psicóloga Patricia Ramírez resalta la importancia de los valores y de mantenerlos. "Los que hemos vivido durante la pandemia y que pronto se nos olvidan. Todos salíamos a aplaudir al balcón, un acto simbólico. Pero lo que nos transforma y lleva a hacer un cambio en nuestra vida es planificar y actuar. Simplemente por haber vivido una experiencia maravillosa con emotividad no eres una persona generosa y comprometida. Debes empezar a actuar. Esto es importante que la gente lo sepa. Un error en las crisis o experiencias no te cambia si no es a través de un plan de acción. De los errores no siempre se aprende, si tú decides sacar conclusiones y ponerlas en práctica, avanzarás", sentencia.