MADRID, 22 Jul. (EDIZIONES) -
Las alergias primaverales a elementos como el polen o los ácaros no solo son típicas de la primavera y acaban en junio sino que, con las altas temperaturas "la atmósfera se condensa más" dando lugar a la proliferación de estos alérgenos, según ha explicado la experta en salud pública y epidemiología de la Universidad Europea, Patricia Guillén, en una entrevista con Europa Press.
"El incremento de las alergias guarda una relación clara también con la temperatura y, en este caso, con el calentamiento global y el cambio climático", ha declarado la experta.
Además, la experta ha apuntado que esta incidencia alérgica también varía según la zona geográfica en función de si es un calor más seco o más húmedo asegurando que "potencia más las alergias el ambiente con un calor más seco que con un calor más de tipo húmedo, como el que se podría tener en lo que es la zona de vertiente mediterránea".
Por otro lado, el incremento de temperaturas está estrechamente relacionado con la ausencia de lluvias, necesaria para evitar las sustancias alérgenas. "Al producirse la lluvia, esos potenciales alérgenos que se vuelcan a la atmósfera caen al suelo y se evita la entrada por la vía aérea", ha aseverado Guillén.
Con respecto al tipo de alérgenos más frecuentes en estas épocas de calor, la experta ha destacado que estos pueden ser también "contaminantes debidos a la superpoblación de las grandes ciudades". "Por eso se ve también una mayor relación de prevalencia de alergias en zonas más masificadas, con mayor ratio poblacional, pero también guarda una relación con las plantas de la zona", ha detallado.
En este segundo aspecto, el hábitat natural es muy relevante en cuanto a las alergias primaverales que se activan especialmente con el calor ya que "las plantas tienen unos ciclos de vida muy particulares que se activan por las condiciones climáticas".
"Las más frecuentes son los ácaros, alergia al polvo, a los pelos de los animales, también en general a las gramíneas, y a todo tipo de planta que produzca flores y que esas flores tengan polen para facilitar la reproducción son potenciales alérgenos", ha enumerado.
Así, la experta ha señalado que las olas de calor pueden "despistar en ese ciclo biológico que las plantas tienen y hacer que se produzca mucho más polen de lo habitual y de una forma mucho más temprana". "Ese polen que las plantas producen hace que, lógicamente, se cargue mucho más el ambiente de esos potenciales alérgenos", ha añadido.
Por otro lado, la experta ha apuntado que el incremento de la temperatura "también afecta a los animales domésticos" donde hay "otro potencial alérgeno como es el pelo de los animales". El calor afecta en este sentido porque este acelera el ciclo biológico de animales como el perro o el gato y hace que su ciclo del pelo sea "mucho más corto" y cambie con mayor frecuencia.
"Cambian el pelo mucho más frecuentemente generando muchos más pelos que se vuelcan en el medio donde viven y que lógicamente si hay personas alérgicas tienen una mayor susceptibilidad", ha puntualizado.
En cuanto a las personas con mayores afecciones alérgicas, la experta ha asegurado que el rango de edad entre los 24 y los 35 años es el más afectado así como que existe una "mayor prevalencia de casos declarados en mujeres".
"No sabemos exactamente la causa de por qué hay una mayor prevalencia en mujeres pero es verdad que para todas las enfermedades, a nivel epidemiológico, existe una relación de que las mujeres tenemos más morbilidad que los hombres, es decir, que somos capaces de almacenar más carga a nivel de enfermedades", ha explicado.
EL SEDENTARISMO TAMBIÉN INFLUYE EN LAS ALERGIAS
No obstante, aunque el calor y el cambio climático, junto a la contaminación, influyen en las alergias, la epidemióloga ha añadido que también "se están viendo asociaciones con el sedentarismo".
"Realizar trabajos muy sedentarios o practicar un ocio muy sedentario favorece la aparición de alergias", ha afirmado. Por este motivo ha insistido en la importancia de que las personas "practiquen deporte acorde a sus factores biológicos" porque "se ha demostrado que es un buen factor" así como llevar una dieta equilibrada y beber mucho agua.
Asimismo, ha recomendado que, si una persona es alérgica y es consciente de ello debe tomar medidas como protegerse a ciertas horas del día y salir a la calle a primeras horas de la mañana o a última hora de la tarde.
CÓMO DIFERENCIAR LOS SÍNTOMAS DE LA ALERGIA Y LOS RESFRIADOS DE VERANO
En está época calurosa en la que se cree que la alergia primaveral ha terminado y que los resfriados también porque son más frecuentes en las épocas de frío puede ser complicado diferenciar si lo que se padece es una alergia o un resfriado ya que sus síntomas son similares, pero estos tienen algunas diferencias.
En cuanto a los síntomas más comunes de las alergias, la experta ha asegurado que estos "suelen ser síntomas leves" entre los que destacan "la conjuntivitis, es decir, picor de ojos, y la rinitis, es decir, un moqueo constante". Para tratar este tipo de alergias más "leves", la experta ha apuntado al control mediante antihistamínicos.
"Las alergias producen una reacción inmunitaria, es decir, despiertan un tipo de anticuerpos concreto frente al alérgeno que le está haciendo daño y esos síntomas son como el "caballo de batalla", es decir, tratan de eliminar del cuerpo ese alérgeno que nos está haciendo daño", ha explicado.
En cambio, en el caso de los resfriados "de verano", es decir, aquellos que se producen por los aires acondicionados o los cambios bruscos de temperatura, la experta ha señalado que en estos "también se puede notar cierto dolor muscular, fatiga y cansancio".
"Es bastante sencillo diferenciarlos. En el momento en el que te tomas un analgésico para el dolor es fácil porque una alergia no va a cursar con dolor y estas responden mejor a los corticoides y antiinflamatorios", ha detallado.
