MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
La pérdida de fuerza muscular puede ser una de las consecuencias más perjudiciales de no poder mover una parte del cuerpo durante un largo periodo de tiempo. Pero un nuevo estudio de la Universidad Edith Cowan (Australia) puede haber encontrado una forma de contrarrestarla o incluso de protegerla, y ni siquiera tiene que ver con la parte del cuerpo afectada.
Una lesión o enfermedad puede incapacitar una parte del cuerpo durante semanas o incluso meses, lo que hace que los músculos que no se utilizan se debiliten y pierdan masa y fuerza, lo que puede tener un enorme impacto en la vida de las personas.
El investigador principal, Ken Nosaka, ha detallado que ya se sabía que la ganancia de fuerza muscular en una extremidad debido al entrenamiento de resistencia se transfiere al mismo músculo en el lado opuesto del cuerpo.
"Es lo que se conoce como efecto de educación cruzada. Sin embargo, el aspecto clave de este estudio es que un tipo concreto de contracción muscular demostró ser el más eficaz", ha explicado Nosaka.
En el estudio, se inmovilizó el brazo no dominante de 36 jóvenes sedentarios mediante una escayola en la articulación del codo durante tres semanas.
A continuación, se dividieron en tres grupos iguales: un grupo de contracción concéntrica que levantaba una mancuerna con el brazo no inmovilizado, un grupo de contracción excéntrica que bajaba una mancuerna y un grupo de control que no realizaba ningún ejercicio (véanse las definiciones más abajo).
Con el brazo inmovilizado, los grupos concéntrico y excéntrico realizaron seis sesiones de levantamiento de pesas dos veces por semana durante tres semanas.
En estas sesiones debían realizar cinco series de seis flexiones con una mancuerna correspondientes al 20, 40, 40, 60, 60 y 80 por ciento de su fuerza máxima durante las seis sesiones.
EXCÉNTRICO ES MEJOR
Cuando se retiró la escayola, el grupo de control que no realizó ningún ejercicio experimentó una disminución de más del 15 por ciento en la fuerza del brazo inmovilizado.
Sin embargo, los que levantaron pesas apenas vieron disminuir la fuerza muscular del brazo inmovilizado. El grupo concéntrico vio reducida la fuerza muscular hasta un 4 por ciento, pero, curiosamente, la fuerza muscular aumentó un 4 por ciento en el grupo excéntrico, lo que demuestra un mayor efecto de la educación cruzada.
Los investigadores también midieron el tamaño del músculo del brazo inmovilizado. En el grupo de control, el tamaño del músculo disminuyó alrededor de un 12 por ciento, mientras que las contracciones musculares concéntricas y excéntricas con el brazo opuesto contrarrestaron la atrofia muscular en el brazo inmovilizado.
El tamaño muscular disminuyó un 4 por ciento en el grupo concéntrico, mientras que, sorprendentemente, no se observó ninguna disminución en el tamaño muscular en el grupo excéntrico.
EFECTO PROTECTOR DEL DAÑO MUSCULAR
Se pidió a todos los participantes que realizaran 30 contracciones excéntricas con el brazo inmovilizado una vez retirada la escayola, y los investigadores midieron varios marcadores de daño muscular antes, inmediatamente después y cinco días después del ejercicio.
El grupo de control mostró dolor muscular muy intenso y pérdida de fuerza tras el ejercicio, mientras que el grupo concéntrico mostró mucho menos daño.
Una vez más, el grupo excéntrico obtuvo los mejores resultados, con un efecto protector lo suficientemente fuerte como para reducir el dolor muscular máximo en un 80 por ciento en comparación con el grupo de control y el 40 por ciento del grupo concéntrico.
"Ya sabemos que las contracciones musculares excéntricas parecen ser las más eficaces para aumentar la fuerza y el tamaño de los músculos, incluso en dosis muy pequeñas", ha detallado Nosaka.
Los investigadores consideran que es importante investigar si los resultados de este estudio se reproducen para otros músculos y si el entrenamiento de resistencia excéntrica es eficaz cuando se trata de la inmovilización en lesiones reales, como esguinces o roturas de ligamentos, fracturas óseas y postoperatorios.