MADRID, 8 Ene. (EDIZIONES) -
La dispepsia, o las malas digestiones, son muy frecuentes en nuestra sociedad. De hecho, hasta un cuarto de la población las presenta de forma habitual, y supone un importante porcentaje de consultas médicas y de realización de pruebas diagnósticas.
"Se define dispepsia como el conjunto de molestias abdominales persistentes o recurrentes que produce síntomas en la parte alta del abdomen, localizadas sobre todo en la zona del estómago. La mayor parte de los pacientes con dispepsia presentan dolor en esa zona, relacionado sobre todo con los alimentos", señala en una entrevista con Infosalus la doctora Noemí Manceñido, del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Infanta Sofía (Madrid).
Además, dice que pueden presentar sensación de saciedad precoz o plenitud y/o llenado rápido tras la ingesta, digestiones pesadas, hinchazón abdominal, eructos o náuseas y/o vómitos; al mismo tiempo que resalta que hay muchos y muy variados factores que condicionan la aparición de estas molestias.
"En ocasiones no se encuentra una enfermedad orgánica que produzca los síntomas, en ese caso se trata de una dispepsia funcional, que se caracteriza por una alteración del sistema nervioso del tubo digestivo, que afecta a la forma en la que el estómago 'siente' y se comporta", indica.
CUIDADO CON ESTA BACTERIA
Ahora bien, la doctora Manceñido recuerda que la infección gástrica por 'Helicobacter pylori' (H. pylori) es muy frecuente, se encuentra en el 60% de la población española, aunque en la mayoría de los casos no produce síntomas y no es necesaria su eliminación. Sostiene que en algunos pacientes el 'H. Pylori' puede contribuir a la aparición de dispepsia, sobre todo en pacientes con erosiones o úlceras en estómago o duodeno, siendo ésta una de las indicaciones para tratar dicha infección.
"Así, en pacientes jóvenes con dispepsia no investigada, y sin datos de alarma o factores de riesgo, está aceptado como primera medida de diagnóstico y tratamiento el investigar la presencia de 'H. Pylori' y si es así, erradicar esta bacteria. Además, el diagnóstico y el tratamiento de la infección por 'H. pylori' es conveniente en los pacientes con dispepsia funcional", agrega.
Aquí destaca la experta del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Infanta Sofía que la detección del 'H. Pylori' es muy sencilla, a través de diferentes métodos: "Se puede diagnosticar con una muestra de heces o con un test del aliento, y también mediante una biopsia del estómago, que se realice durante una endoscopia digestiva alta".
SE PUEDE PREVENIR
Se contagia de persona a persona, fundamentalmente a través de la saliva, de vómitos, de agua, o de alimentos u objetos contaminados (mecanismo oral-oral), o por las heces (mecanismo fecal-oral), alerta la digestóloga.
Para evitar el contagio de la infección por 'H. Pylori' la doctora Noemí Manceñido recomienda realizar una adecuada higiene de las manos, sobre todo tras ir al baño y antes de manipular alimentos o de comerlos, y una adecuada higiene alimentaria y del agua.
MEJORAR NUESTRAS DIGESTIONES
Con todo ello, la experta del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Infanta Sofía aporta las siguientes recomendaciones para mejorar nuestras digestiones en el día a día:
- Intentar mantener una dieta variada, equilibrada, y lo menos restrictiva posible, siendo de elección la dieta mediterránea; se recomienda evitar las comidas pesadas, las frituras y los rebozados, así como los alimentos grasos y los ultraprocesados.
- No se recomienda suprimir grupos de alimentos de forma rutinaria, sólo se evitarían alimentos específicos si causan los síntomas de forma repetida y previa valoración por el personal sanitario para investigar y confirmar si son la causa de los síntomas (por ejemplo, si la persona presenta intolerancia a la lactosa, sí se recomendaría realizar dieta sin lactosa).
- Comer despacio (aproximadamente entre 10-20 minutos por cada comida), sin distracciones (evitar televisión, móvil u otros dispositivos electrónicos mientras se come) y masticar bien los alimentos antes de tragar; mantener una postura adecuada mientras se come.
- Evitar comidas copiosas; se aconseja ajustar el tamaño de la porción de alimentos si es necesario.
- Evitar beber demasiado líquido antes y durante las comidas o de forma rápida dado que puede empeorar los síntomas.
- Evitar consumir alcohol y tabaco.
- Evitar bebidas gaseosas o carbonatadas.
- Sugiere realizar ejercicio físico de forma habitual, pero evitando su realización inmediatamente después de la ingesta de alimentos, puesto que puede aumentar los síntomas.
- Informe al personal sanitario si presenta marcada pérdida de apetito, pérdida de peso involuntaria (> 5% de su peso habitual en los últimos 3 meses o > 10% en un periodo indefinido), náuseas y vómitos frecuentes, sangre en las heces o dificultad para el paso de los alimentos, puesto que son señales de alarma.