MADRID 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un tercio de los casos de fracaso escolar están directamente relacionado con problemas visuales sin corregir, según datos del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, quien recomienda que los niños acudan a revisiones oculares al menos una vez al año.
Así, uno de cada cuatro escolares padece defectos visuales, como miopía, ojo vago o hipermetropía, que pueden afectar a su rendimiento académico si no se detectan a tiempo.
"La visión, el sentido más importante a cualquier edad, desempeña un papel fundamental durante la infancia, etapa en la que se produce el desarrollo físico y formativo de la persona", precisa el presidente del Consejo General, Juan Carlos Martínez Moral.
Dicho esto, alerta de que, cuando un defecto visual no se detecta ni se trata a tiempo, "el cerebro de los más pequeños se va acostumbrando a esa deficiencia, lo que contribuye a que pase desapercibida".
Por otro lado, expertos como Martínez Moral subrayan los beneficios de acompañar a los hijos al óptico-optometrista. "Los niños a los que se les inculca la importancia de acudir a revisiones periódicas tienen más probabilidades de seguir con esa costumbre en su edad adulta, además de aprender a valorar su salud visual", argumenta.
De esta forma, los profesionales recuerdan la obligación que tienen los padres de enseñar a sus hijos a cuidar su salud visual. También, explican que hay que animar a los niños a que comuniquen cualquier síntoma, como los dolores de cabeza o la necesidad de sentarse en primera fila.
Por último, los expertos recomiendan que el primer examen ocular se produzca a los seis meses de edad y, a menos que se detecten otros problemas, el siguiente examen debe ser a los tres años, de nuevo antes de comenzar en el colegio y, después, anualmente.