MADRID 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los adultos mayores que comienzan a experimentar malos sueños o pesadillas podrían estar mostrando los primeros signos de la enfermedad de Parkinson, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido).
La nueva investigación, publicada en la revista 'eClinicalMedicine', mostró que en una cohorte de hombres mayores, los individuos que experimentaban malos sueños frecuentes tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticados posteriormente con Parkinson que los que no lo hacían.
Estudios anteriores han demostrado que las personas con la enfermedad de Parkinson experimentan pesadillas y malos sueños con más frecuencia que los adultos de la población general, pero el uso de las pesadillas como indicador de riesgo para el Parkinson no se había considerado previamente.
El autor principal, el doctor Abidemi Otaiku, del Centro para la Salud del Cerebro Humano de la Universidad, apunta que, "aunque puede ser realmente beneficioso diagnosticar la enfermedad de Parkinson de forma temprana, existen muy pocos indicadores de riesgo y muchos de ellos requieren costosas pruebas hospitalarias o son muy comunes e inespecíficos, como la diabetes".
"Aunque tenemos que llevar a cabo más investigaciones en este ámbito, identificar el significado de los malos sueños y las pesadillas podría indicar que los individuos que experimentan cambios en sus sueños en la edad avanzada -sin ningún desencadenante obvio- deberían buscar consejo médico", añade.
El equipo utilizó datos de un gran estudio de cohortes de Estados Unidos, que contenía datos durante un periodo de 12 años de 3.818 hombres mayores que vivían de forma independiente. Al principio del estudio, los hombres completaron una serie de cuestionarios, uno de los cuales incluía una pregunta sobre la calidad del sueño. Los participantes que informaron de pesadillas al menos una vez a la semana fueron seguidos al final del estudio para ver si eran más propensos a ser diagnosticados con la enfermedad de Parkinson.
Durante el período de seguimiento, se diagnosticaron 91 casos de Parkinson. Los investigadores descubrieron que los participantes que tenían pesadillasfrecuentes tenían el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad en comparación con los que no los tenían. La mayoría de los diagnósticos ocurrieron en los primeros cinco años del estudio. Los participantes con malos sueños frecuentes durante este período tenían más de tres veces la probabilidad de desarrollar Parkinson.
Los resultados sugieren que los adultos mayores que algún día serán diagnosticados con Parkinson son propensos a comenzar a experimentar malos sueños y pesadillas unos años antes de desarrollar los rasgos característicos del Parkinson, incluyendo temblores, rigidez y lentitud de movimiento.
El estudio también muestra que nuestros sueños pueden revelar información importante sobre la estructura y el funcionamiento de nuestro cerebro y pueden resultar un objetivo importante para la investigación neurocientífica.
Los investigadores tienen previsto utilizar la electroencefalografía (EEG) para estudiar las razones biológicas de los cambios en los sueños. También tratarán de reproducir los resultados en cohortes más amplias y diversas, y explorarán los posibles vínculos entre los sueños y otras enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.