MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores han sabido durante décadas que las fiebres en el primer trimestre del embarazo aumentan el riesgo de algunos defectos del corazón y deformidades faciales, como fisura labio o paladar, pero no está claro cómo ocurre esto exactamente. Los científicos han debatido si un virus u otra fuente de infección causa los defectos, o si la fiebre por sí sola es el problema subyacente.
Ahora, científicos del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, tienen evidencia que indica que la fiebre en sí misma, no su fuente, interfiere con el desarrollo del corazón y la mandíbula durante las primeras entre tres a ocho semanas del embarazo. Sus hallazgos, demostrados en embriones de animales, se publican este martes en la revista 'Science Signaling'.
Los resultados sugieren que una parte de los defectos de nacimiento congénitos podrían prevenirse reduciendo la fiebre de la madre con el uso de paracetamol durante el primer trimestre, plantea el autor principal de este estudio, Eric Benner, neonatólogo y profesor asistente de Pediatría en Duke.
"Mi esperanza es que, en este momento, cuando las mujeres están planeando quedarse embarazadas y sus médicos les aconsejan comenzar a tomar vitaminas prenatales y ácido fólico, también les informen de que, si tienen fiebre, no deben dudar en llamarle y considerar tomar un reductor de la fiebre, específicamente acetaminofeno ('Tylenol'), que ha sido estudiado extensamente y se ha determinado que es seguro durante el primer trimestre", dice Benner.
"Aunque los médicos aconsejan a la mayoría de las mujeres que eviten cualquier fármaco durante el embarazo, puede haber beneficios de tomar acetaminofeno para reducir la fiebre y las mujeres deben analizar todos los riesgos y beneficios con sus médicos", aconseja este experto.
Benner advierte que los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno y la 'Aspirina' también reducen las fiebres, pero algunos AINE no son seguros a la hora de usar durante las últimas etapas del embarazo. También hay un debate en curso sobre si el uso mantenido de acetaminofén es seguro durante el embarazo para manejar trastornos como la artritis, señala Benner.
"Sin embargo, su uso con juicio para un problema agudo como la fiebre se considera seguro. Estos hallazgos sugieren que podemos reducir el riesgo de defectos de nacimiento que de otro modo podría llevar a graves complicaciones de salud que requieren cirugía", explica.
IDENTIFICAN CÉLULAS SENSIBLES A LA TEMPERATURA
Para observar cómo la fiebre afecta a un feto en desarrollo, los investigadores estudiaron el pez cebra y embriones de pollo. Entre sus descubrimientos, los científicos detectaron que las células de la cresta neural --células que son elementos fundamentales para el corazón, la cara y la mandíbula-- contienen propiedades sensibles a la temperatura.
"Descubrimos que estas células de la cresta neural contienen canales iónicos sensibles a la temperatura que normalmente se encuentran en las neuronas sensoriales --detalla Benner--. Son los canales que, cuando metes la mano en una taza caliente de agua, le dicen a tu cuerpo que la temperatura ha cambiado".
Los investigadores de Duke diseñaron una tecnología no invasiva basada en imanes para crear condiciones febriles en dos canales específicos de iones sensibles a la temperatura llamados TRPV1 y TRPV4 en las células de la cresta neural involucradas en el desarrollo del corazón y la cara.
Cuando sometieron las células de la cresta neural a condiciones que simulaban una fiebre transitoria, los embriones desarrollaron irregularidades craneofaciales y defectos cardiacos, incluyendo doble ventrículo derecho de salida, tetralogía de Fallot y otras obstrucciones del flujo de salida. El tipo de defecto depende de si la fiebre ocurre durante el desarrollo del corazón o el desarrollo de la cabeza y la cara.
Lo que los investigadores todavía no saben es si o cómo la gravedad o duración de una fiebre afecta el desarrollo. "Hemos sabido desde principios de los años ochenta que las fiebres están asociadas con defectos congénitos, pero cómo estaba sucediendo ha sido un misterio completo", dice Benner, apuntando que es difícil reunir datos de las madres sobre las circunstancias, la gravedad o la duración de una fiebre de muchos meses antes.