MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) -
Al evaluar el carácter moral de los demás, las personas se aferran a las buenas impresiones, pero ajustan fácilmente sus opiniones sobre los que se han comportado mal, según una nueva investigación. Esta flexibilidad para juzgar a los transgresores podría ayudar a explicar cómo perdonan los humanos y por qué a veces permanecen en malas relaciones, dicen los autores del estudio.
La investigación, realizada por psicólogos en la Universidad de Yale, Estados Unidos, la Universidad de Oxford y el 'University College London', en Reino Unido, y la 'International School for Advanced Studies', en Italia, se detalla en un artículo que se publica este lunes en la revista 'Nature Human Behavior'.
"El cerebro forma impresiones sociales de una manera que puede permitir el perdón --dice la psicóloga de Yale Molly Crockett, autora principal del artículo--. Debido a que las personas a veces se portan mal por accidente, tenemos que ser capaces de actualizar las malas impresiones sobre los que se equivocan. De lo contrario, podríamos terminar las relaciones prematuramente y perdernos los muchos beneficios de la conexión social".
En una serie de experimentos, más de 1.500 sujetos observaron las opciones de dos desconocidos que se enfrentaban a un dilema moral: si infligir descargas eléctricas dolorosas a otra persona a cambio de dinero. Mientras que el extraño "bueno" rehusaba principalmente a dañar a otra persona por dinero, el "malo" tendía a maximizar sus ganancias a pesar de las dolorosas consecuencias. A los sujetos se les preguntó sus impresiones sobre el carácter moral de los extraños y cómo de seguros estaban de esas impresiones.
Los sujetos rápidamente formaron impresiones estables y positivas del extraño bueno y estaban muy seguros de sus impresiones. Sin embargo, los sujetos estaban mucho menos seguros de que el malo fuera realmente malo y podían cambiar de opinión rápidamente. Por ejemplo, cuando el desconocido malo ocasionalmente hizo una elección generosa, las impresiones de los sujetos mejoraron inmediatamente, hasta que presenciaron la siguiente transgresión del extraño.
PREDISPOSICIÓN AL BENEFICIO DE LA DUDA
Este patrón de actualización de impresiones puede proporcionar una idea de por qué las personas a veces se aferran a las malas relaciones, según Crockett. "Creemos que nuestros hallazgos revelan una predisposición básica para dar a los demás, incluso a los extraños, el beneficio de la duda. La mente humana está construida para mantener las relaciones sociales, incluso cuando los socios a veces se comportan mal", afirma.
La investigación también puede ayudar a arrojar luz sobre los trastornos psiquiátricos que involucran dificultades sociales, como el trastorno límite de la personalidad. "La capacidad de formar con precisión las impresiones del carácter de los demás es crucial para el desarrollo y el mantenimiento de relaciones saludables --apunta la autora principal del estudio, Jenifer Siegel, estudiante de doctorado de Oxford--. Hemos desarrollado nuevas herramientas para medir la formación de impresiones, que podrían ayudar a mejorar nuestra comprensión de la disfunción relacional".