MADRID, 4 Ago. (EUROPA PRESS) -
Una temperatura ambiente más baja parece dificultar el crecimiento de las células cancerosas, según un estudio realizado en ratones por investigadores del Karolinska Institutet de Suecia, lo que podría abrir la puerta a nuevos enfoques terapéuticos para tratar el cáncer.
El estudio, publicado en la revista 'Nature', descubrió que las temperaturas bajas activan la grasa marrón productora de calor que consume los azúcares que los tumores necesitan para prosperar. Se encontraron mecanismos metabólicos similares en un paciente con cáncer expuesto a una temperatura ambiente más baja.
"Descubrimos que el tejido adiposo marrón activado por el frío compite con los tumores por la glucosa y puede ayudar a inhibir el crecimiento de los tumores en ratones", afirma el profesor Yihai Cao, del Departamento de Microbiología, Tumores y Biología Celular del Instituto Karolinska, y autor correspondiente. "Nuestros hallazgos sugieren que la exposición al frío podría ser un enfoque novedoso y prometedor para la terapia del cáncer, aunque esto debe ser validado en estudios clínicos más amplios", avanza.
El estudio comparó el crecimiento tumoral y las tasas de supervivencia en ratones con varios tipos de cáncer, incluidos los cánceres colorrectal, de mama y de páncreas, cuando se exponían a condiciones de vida frías frente a cálidas. Los ratones aclimatados a temperaturas de 4 grados Celsius tuvieron un crecimiento tumoral significativamente más lento y vivieron casi el doble de tiempo en comparación con los ratones en habitaciones de 30 grados Celsius.
Para averiguar a qué se debe esto, los investigadores analizaron marcadores en el tejido para estudiar las reacciones celulares y utilizaron pruebas de imagen para examinar el metabolismo de la glucosa. Las células cancerosas suelen necesitar grandes cantidades de glucosa, o azúcar, para crecer.
Así, descubrieron que las temperaturas frías desencadenaban una importante captación de glucosa en el tejido adiposo marrón, también conocido como grasa parda, un tipo de grasa que se encarga de mantener el calor del cuerpo en condiciones de frío. Al mismo tiempo, las señales de glucosa eran apenas detectables en las células tumorales.
Cuando los investigadores eliminaron la grasa parda o una proteína crucial para su metabolismo, llamada UCP1, el efecto beneficioso de la exposición al frío quedó esencialmente anulado y los tumores crecieron a un ritmo igual al de los que fueron expuestos a temperaturas más altas. Del mismo modo, alimentar a los ratones portadores de tumores con una bebida rica en azúcar también anuló el efecto de las temperaturas frías y restableció el crecimiento del tumor.
LA IMPORTANCIA DE LIMITAR EL SUMINISTRO DE GLUCOSA
"Curiosamente, las bebidas con alto contenido de azúcar parecen anular el efecto de las temperaturas frías sobre las células cancerosas, lo que sugiere que limitar el suministro de glucosa es probablemente uno de los métodos más importantes para la supresión de tumores", afirma Yihai Cao.
Para estudiar la relevancia humana de los hallazgos, los investigadores reclutaron a seis voluntarios sanos y a un paciente con cáncer sometido a quimioterapia. Mediante una tomografía por emisión de positrones (PET), los investigadores identificaron una cantidad significativa de grasa marrón activada en la zona del cuello, la columna vertebral y el pecho de los adultos sanos que llevaban pantalones cortos y camisetas mientras se exponían a una temperatura ambiente ligeramente fría de 16 grados centígrados durante un máximo de seis horas al día durante dos semanas.
El paciente con cáncer llevaba ropa ligera mientras pasaba el tiempo en habitaciones de 22 grados centígrados durante una semana y luego en habitaciones de 28 grados centígrados durante cuatro días.
Investigaciones anteriores han demostrado que, aunque existen importantes diferencias individuales, los 28 grados centígrados se consideran generalmente una temperatura ambiental confortable (la temperatura termoneutral) para la mayoría de los seres humanos inactivos. Las exploraciones de imagen detectaron un aumento de la grasa marrón y una menor captación de glucosa por parte del tumor durante la temperatura más baja frente a la más alta.
"Estas temperaturas son consideradas tolerables por la mayoría de las personas", afirma Yihai Cao. "Por tanto, somos optimistas en cuanto a que la terapia de frío y la activación del tejido adiposo marrón con otros enfoques, como los fármacos, podrían representar otra herramienta en la caja de herramientas para tratar el cáncer", ha finalizado.