MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las nuevas tecnologías, como móvil o tableta, tienen multitud de aplicaciones positivas para la vida y para el trabajo. Sin embargo, en este segundo ámbito, su presencia puede influir en el estado de salud. Trabajo y nuevas tecnologías ocasionan un nuevo tipo de estrés: el tecnoestrés.
Casi tres de cada diez españoles afirman que las nuevas tecnologías aumentan su nivel de estrés, según se desprende del VII Estudio CinfaSalud 'Percepción y hábitos de la población española en torno al estrés'.
Además, según el Instituto Nacional de Estadística, el 59 por ciento de los empleados sufre algún tipo de estrés en el trabajo. Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud indica que el estrés laboral afecta negativamente a la salud psicológica y física de los trabajadores, y a la eficacia de las entidades para las que trabajan.
"A pesar de su reciente aparición, se trata de un problema cada vez más extendido entre los trabajadores. En términos generales, está causado por la incapacidad de gestionar de manera saludable las nuevas tecnologías de la información y comunicación", ha explicado el médico de Cinfa Julio Maset.
"El trabajador percibe un desajuste entre la necesidad de uso de las tecnologías en su puesto laboral y los recursos, conocimiento o tiempo de los que dispone, lo que le lleva a un estado psicológico negativo", ha agregado el experto.
Entre los motivos del aumento del nivel de estrés por las nuevas tecnologías, destaca la imposibilidad de desconectar del uso continuado del móvil. La investigación de Cinfa desvelaba que casi la mitad de quienes trabajan y se han sentido estresados en el último año afirmaron recibir correos o llamadas fuera del horario laboral.
"Ha surgido la exigencia de un uso continuado del móvil, ordenador, 'tablet', correo electrónico y demás, que, a veces, se extiende fuera del horario laboral e invade la vida personal. Tras la jornada laboral, muchas personas siguen conectadas a sus trabajos a través de estos dispositivos", ha especificado el doctor Maset.
Otros motivos son la necesidad de respuesta inmediata que implican las nuevas tecnologías y la adicción que generan. "Las nuevas tecnologías deben ser una herramienta que nosotros controlemos y no a la inversa. Sentirse controlado por ellas es una de las causas de tecnoestrés", ha apuntado el doctor Maset.
Todas estas exigencias de algunos puestos de trabajo pueden dar lugar al aislamiento del trabajador y a que este desarrolle actitudes y sentimientos negativos hacia las nuevas tecnologías.
"A menudo, estos últimos se presentan acompañados de los síntomas fisiológicos y emocionales típicos del estrés, pero también de otros característicos en concreto del tecnoestrés laboral, como el aislamiento social, la ansiedad ante el uso de las nuevas tecnologías o el agotamiento y la excesiva dependencia de estas. Se trata de un problema real y cada vez más preocupante que es necesario atajar", ha advertido el experto.
CONSEJOS PARA AFRONTAR EL TECNOESTRÉS
Organizar la jornada laboral, separarla de la personal o aprender técnicas de autocontrol constituyen algunas medidas que pueden ayudar a encarar el tecnoestrés, según los expertos de Cinfa.
1. Organizar bien la jornada laboral. Planificar la agenda del día, sin sobrecargarla de actividades y gestionar los imprevistos con flexibilidad.
En caso de falta de tiempo, hay que seleccionar las tareas más importantes según las prioridades y, si es posible, delegar. También aprender a decir no o, en la medida de lo posible, a pedir más recursos.
2. No llevarse el trabajo a casa. Desconectar en todos los sentidos: no mantenerse pendiente del móvil o el portátil y no permitir que las conversaciones se centren en los asuntos pendientes o posibles problemas.
Tras la jornada laboral o durante el fin de semana, intentar cuidarse y disfrutar del ocio y de las relaciones personales y familiares. Si puede hacerse, desconectar el teléfono o dejarlo aparcado durante el tiempo de ocio también ayuda.
3. Separar la vida laboral de la personal, también en las tecnologías. Pueden emplearse líneas de teléfono o incluso aparatos diferentes para ambas facetas de tu vida. Fuera de la jornada laboral, apagar el móvil de trabajo y no enviar correos laborales a compañeros. Si sólo se usa un teléfono, desconectar la cuenta o sus notificaciones al menos durante el tiempo libre.
4. La inmediatez no siempre afecta. Es importante distinguir lo urgente de lo importante: si ese correo puede o no esperar a mañana sin afectar al trabajo. Asegurarse de que existe una delegación clara para los asuntos urgentes cuando se está en horas de ocio, vacaciones o fines de semana.
5. Formarse si es necesario. Si una persona siente que no está preparado para manejar determinadas tecnologías, puede valorar inscribirse en cursos que capaciten para ello o pedir ayuda a quien sí las domine.
Así se consigue que la herramienta trabaje para la persona, ganará confianza y reducirá el nivel de ansiedad, además de saber cómo activar funciones que ayudarán a desconectar, como la de 'no molestar' para móvil o 'leer o enviar más tarde' para correos electrónicos.
6. Aprender técnicas de autocontrol. Practicar de manera regular actividades como relajación, meditación, 'mindfulness' o yoga ayudará a neutralizar la activación fisiológica del organismo que produce el estrés y proporcionará un mayor control de los pensamientos y de las emociones.
7. Cuidar la dieta. Hay que seguir una dieta saludable, variada y equilibrada, que incluya frutas y verduras. Mantener horarios regulares y tomarse siempre tiempo para comer con calma. Además, hay que evitar las bebidas con cafeína o alcohol o, si se consumen, hacerlo con moderación.
8. Hacer deporte de manera regular. El ejercicio físico reduce la intensidad del estrés y ayuda a que los episodios duren menos, además de fomentar una sensación de bienestar, siempre que no se haga por obligación.
La mayoría de los expertos recomiendan dos horas y media de actividad aeróbica a la semana como correr, montar en bicicleta o nadar, siempre en función de las capacidades y los gustos.
9. Respetar las horas de sueño. Se afrontará mejor cualquier conflicto o situación compleja en el día a día laboral. Tratar de ir a dormir siempre a la misma hora y descansar, como mínimo, siete u ocho horas cada noche.
10. Puede recurrirse a ayuda profesional si es necesario. Si, tras aplicar las anteriores medidas, una persona sigue sin ser capaz de manejar el estrés en el trabajo, puede pedir ayuda profesional. El médico de cabecera podrá ayudar a identificar el problema y derivar a un especialista o terapeuta.