MADRID 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
La técnica de neuromodulación resulta eficaz en el tratamiento de la incontinencia urinaria y anal en un 80 por ciento de los casos en el primero y un 76 por ciento en el segundo, en casos en los que los tratamientos conservadores no han dado buenos resultados, según afirmaron los doctores Eldiberto Fernández y Javier Die, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, que participaron hoy en el 'I Curso Avanzado de Neuromodulación' celebrado en este hospital.
Según explicó el doctor Fernández a Europa Press, "más de 80.000 personas en el mundo y 300 en España se han sometido ya a esta técnica reversible que consiste en la colocación de un electrodo en las raíces nerviosas sacra 3". Este implante "estimula los nervios que controlan la vejiga o el esfínter, de manera que el paciente logra controlar las pérdidas", afirmó.
La técnica se realiza en dos fases, "primero se coloca una pila externa unida al electrodo y si a las dos o tres semanas los síntomas desaparecen se coloca una pila subcutánea que puede durar hasta diez años antes de cambiarse", señaló el especialista.
Esta solución se aplica cuando los pacientes ya no responden a tratamientos conservadores como la fisioterapia del suelo pélvico o los fármacos, por lo que normalmente se realiza en casos de una incontinencia severa.
Según detalló el médico, el perfil del paciente con incontinencia urinaria es una mujer de entre 40 y 60 años, que puede desarrollar una vejiga hiperactiva, que necesita ir a orinar cada pocos minutos, o buen que a causa del desgaste del suelo pélvico se origina la incontinencia.
"Normalmente, la causa de una incontinencia es el desgaste del suelo pélvico, pero también puede por una cistitis, infecciones, enfermedades neurológicas, cirugías, o por la radioterapia", explicó el doctor.
En el caso de los hombres, "la incontinencia surge cuando, con la edad, la próstata crece de forma benigna y produce una obstrucción de la salida de la orina y la vejiga reacciona haciéndose hiperactiva".
Por su parte, el doctor Die afirmó que en el caso de incontinencia anal, la eficacia es también muy elevada (76%). En estos casos, la causa suele ser "una lesión en el esfínter que puede originarse en un parto complicado o en mujeres con muchos partos, pero también por enfermedades neurológicas, accidentes cerebro vasculares o a raíz de cirugías de hemorroides o fístulas", señaló.
Este tipo de incontinencia la padecen "entre el 0,5 y el 2 por ciento de la población y es también más prevalente en mujeres", de hecho "a partir de los 65 años, el 25 por ciento tiene cierto grado de incontinencia fecal", señaló Die. En el caso de los hombres, se desarrolla también más tarde, pero "en edades avanzadas hasta el 40 por ciento puede sufrir algún grado de esta incontinencia", afirmó.
Al igual que en la incontinencia urinaria, "la colocación de estos implantes se realiza sólo cuando se trata de una incontinencia muy severa y ya no responde a los tratamientos conservadores", recalcó el doctor.
Die destacó que aunque en estos casos, este implante se empezó a utilizar más tarde que para la incontinencia urinaria, actualmente "se están implantando más electrodos para la incontinencia anal que para la urinaria".