MADRID, 8 May. (EUROPA PRESS) -
La epicondilitis o 'codo de tenista' es una de las lesiones más frecuentes tras esta práctica deportiva, sin embargo, ahora existe una técnica basada en infiltraciones ecodirigidas con la que el especialista puede encontrar el lugar donde se produce la mayor inflamación y así depositar de manera más precisa el tratamiento más adecuado.
"La infiltración ecodirigida, es decir, guiada mediante ecógrafo, permite encontrar el sitio preciso de inserción del tendón, donde la inflamación es mayor, para depositar ahí la sustancia empleada en la infiltración, que puede ser un tratamiento antiinflamatorio de depósito o un tratamiento biológico, con plasma rico en factores de crecimiento", ha explicado el traumátologo del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, Agustín Garabito.
El codo de tenista se produce por una inflamación de la inserción en el epicóndilo de la musculatura extensora y supinadora del antebrazo y, según ha añadido el doctor, "no es una lesión exclusiva de los tenistas, pero sí es cierto que los deportes de raqueta pueden producir esta tendinitis por la acción repetida en la musculatura extensora del codo, que se inserta en el epicóndilo y se sobrecarga".
El dolor de larga duración en la cara lateral del codo es el principal síntoma de esta patología, que se agudiza con determinados movimientos de la mano en los que interviene la musculatura extensora e incluso se puede producir en reposo.
La prevención de este tipo de lesiones "pasa por un buen entrenamiento, con un calentamiento previo, estiramientos posteriores y postura correcta, ya que la tendinitis puede producirse por un mal uso, pero también por sobrecarga", ha concluido Garabito.