Cómo te puede ayudar mantener una actitud positiva en el trabajo

Trabajando, trabajador, feliz
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Publicado: martes, 8 enero 2019 8:09


MADRID, 8 Ene. (EDIZIONES) -

Somos lo que hacemos y nuestros comportamientos nos describen como personas. Mal que nos pese pasamos la mayor parte del día en el trabajo, realizando una tarea, y atendiendo a una serie de indicaciones por parte de nuestros superiores y junto a un equipo de personas, nuestros compañeros.

Aunque no lo creamos, la actitud y los comportamientos que mantengamos en nuestro día a día en el trabajo pueden ser fundamentales o determinantes para nuestra salud, según defiende en una entrevista con Infosalus el director general de Talento Farmacéutico y Sanitario Fernando Abadía.

"Nuestros comportamientos y nuestra actitud nos describen y estos nos afectan de forma directa a nuestra salud. Lo he comprobado en mi persona y creo que se puede hacer una extrapolación al resto de personas. Cuando yo tengo una buena actitud, soy positivo, hago cosas que aportan, esto repercute anímicamente en mi y hace que me sienta bien y más feliz", remarca con motivo de la publicación de 'Tu actitud es tu llave maestra' (Gestión 2000, Planeta).

Cuando por el contrario nuestra actitud es negativa, se va al trabajo y se afrontan las tareas con desgana, se mantiene un trato poco amistoso con los compañeros, todo hace que no te sientas bien, avisa Abadía, advirtiendo de que si no te sientes bien esto te pasa factura y puede llegar a afectarte a tu salud.

Por ello, aporta una serie de claves, a su juicio fundamentales, para mantener una buena actitud en el trabajo y, en consecuencia, mantener un mejor estado de salud general y una buena actitud en nuestro día a día:

1.- Querer hacer, mejorar la actitud. Hay que ser consciente de que tenemos una actitud que no es la mejor.

2.- Una vez que somos conscientes de ello y de que queremos mejorarla hay que trazar un plan de acción, aunque cada persona puede hacerse el suyo propio.

3.- Plan de acción: Dedicar todos los días, al menos en una primera fase, unos 15-30 minutos una vez terminada la jornada para reflexionar y pensar todo lo que he hecho a lo largo del día y si hay algo de lo que no estoy satisfecho.

4.- Tomar papel y boli y hacer dos columnas. En la primera apunto los comportamientos de los que no estoy satisfecho y pensar qué beneficios me puede aportar esa actitud. Una vez que he terminado, en la otra columna hago una propuesta, si mi actitud hubiera sido otra qué diferencias habría con la otra forma de actuar, y qué beneficios habría sacado. Tengo que dedicar unos minutos a pensar qué beneficios habría obtenido haciéndolo así.

5.- Cuando terminemos, cuanto más tiempo dediquemos, más beneficios encontraremos. "Es casi seguro que la columna de la derecha, la alternativa tendrá más beneficios que la primera no sólo a corto sino a medio-largo plazo. Es un ejercicio que propongo de forma bastante poco flexible en el sentido de sentarse a coger el papel y sentarse a pensar. Esto debe ser un hábito que acabe siendo automático. Nuestra mente va a detectar de forma muy rápida una mala actitud y cuál habría sido la alternativa mejor", subraya el experto.

Según sostiene, cada persona tiene su vida y sus circunstancias y algunos parten de una posición de salida más favorable, pero al final la actitud está en nosotros mismos, somos dueños de nuestra propia actitud y aunque tengamos una situación dura en ese momento por algún tema personal, por algún asunto laboral, ahí tenemos que decidir qué queremos hacer, si conformarnos y ya se pasará y mientras tanto me encuentro mal, o bien adoptar la postura de decirme a mi mismo que quiero estar mejor, aunque esta situación sea dura, y voy a intentar hacerlo. "Es una actitud de querer", destaca.