LONDRES, 12 Abr. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
En Tanzania, el hecho de rociar un nuevo tipo de insecticida en las mosquiteras bajo las que duermen los niños ha reducido casi a la mitad el número de infecciones de malaria entre los menores, según ha mostrado un estudio reciente.
Una investigación llevada a cabo por la London School of Hygiene & Tropical Medicine ha probado que esparcir butóxido de piperonilo en las mosquiteras hace que las infecciones de malaria disminuyan en un 44 por ciento durante el primer año, en comparación a los contagios registrados cuando solo se utiliza el piretroide.
En el estudio han participado 15.000 niños de 48 aldeas en los que se ha descubierto que los mosquitos han desarrollado resistencia a dicho insecticida. Cada vez hay más preocupación por la creciente resistencia de los mosquitos a los insecticidas, un fenómenos que está evolucionando y se está extendiendo rápidamente por toda África.
Desde principios de la década de los 2000, herramientas tales como mosquiteras a las que se aplican insecticidas han servido para reducir el número de infecciones de Malaria. La publicación de esta investigación ha empujado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a revisar sus recomendaciones y a apoyar el uso de mosquiteras con butóxido de piperonilo en zonas de África en la que las que se ha descubierto que los mosquitos se han vuelto inmunes.
"Es imperativo que lo intentemos y que nos mantengamos un paso por delante de la resistencia de los mosquitos, un fenómeno que amenaza con contrarrestar las inmensas ganancias que hemos obtenidos en el combate con la malaria", ha instado en un comunicado una investigadora de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, Natacha Protopopoff.
Aunque es verdad que el número total de víctimas mortales de la malaria ha caído un 62 por ciento entre 2000 y 2015, según estimaciones de la OMS hubo 445.000 muertes por esta enfermedad en 2016. La mayoría de las víctimas fueron niños menores de cinco años en las zonas más pobres de África subsahariana. Por primera vez en mucho tiempo, la OMS informó de que en 2017 los casos de malaria aumentaron y las muertes por esta enfermedad fueron igual de numerosas que en 2016.
Las donaciones para la lucha contra la malaria han descendido desde 2010, alcanzando 2.900 millones de dólares en 2015 (2.349 millones de euros). La OMS ha destacado que se necesitará que la inversión alcance los 6.500 millones de dólares para 2010 (5.266 millones de euros) para lograr controlar la enfermedad una década más tarde.
El principal investigador de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, Mark Rowland, ha definido la investigación como un "punto de inflexión" que podría ayudar a proteger la comunidad". Esta investigación "asegurará que las mosquiteras con insecticidas continúan siendo un método efectivo para luchar contra la malaria y justificará la inversión y el estudio de insecticidas alternativos para aplicar sobre las redes antimosquitos", ha explicado Rowland en un comunicado.