MADRID, 24 May. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) aseguran que el tamaño de los telómeros en sangre, estructuras complejas localizadas en los extremos de los cromosomas cuya longitud se asocia con el envejecimiento y el riesgo de determinadas enfermedades como el cáncer, no sirve para predecir eficazmente una arteriosclerosis cuando no presenta síntomas
El objetivo de este trabajo, cuyos resultados publica la revista 'The Journal of the American College of Cardiology', era buscar nuevos biomarcadores para predecir el riesgo de enfermedad cardiovascular, además de los factores 'clásicos' como el colesterol elevado, el tabaco, el sedentarismo o la hipertensión.
Sobre todo porque se calcula que aproximadamente la mitad de los pacientes con enfermedad cardiovascular no presenta un patrón de riesgo basado en estos factores, lo que impide su identificación precoz y hace que tengan mayor predisposición a desarrollar arteriosclerosis y padecer en el futuro sus secuelas más graves, como el infarto de miocardio o cerebral.
Numerosos estudios han demostrado que, a medida que envejecemos, el ADN de los telómeros se acorta progresivamente, provocando inestabilidad genómica y eventualmente muerte celular, especialmente cuando se alcanza una longitud "críticamente" corta.
Algunos estudios epidemiológicos ya han demostrado la existencia de una menor longitud de los telómeros en pacientes con enfermedad coronaria, infarto de miocardio o infarto cerebral. No obstante, los resultados obtenidos hasta ahora no han sido concluyentes, especialmente en el caso de la arteriosclerosis subclínica.
En este trabajo participaron 1.459 voluntarios del estudio PESA y los investigadores del CNIC exploraron si existe asociación entre la presencia y extensión de la enfermedad arteriosclerótica subclínica (sin síntomas) y la longitud de los telómeros (LTL) promedio y/o la proporción de telómeros muy cortos.
USARON TÉCNICAS DE IMAGEN NO INVASIVAS
Empleando técnicas de imagen no invasiva (ultrasonido 2D y 3D en arterias carótidas e iliofemorales y aorta abdominal, y tomografía computarizada para cuantificar la calcificación en arterias coronarias), los autores han analizado la presencia y extensión de aterosclerosis en diferentes lechos vasculares, gracias a la colaboración con el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Los resultados del estudio muestran una LTL promedio menor y una cantidad mayor de telómeros cortos (arbitrariamente aquellos cuya longitud es inferior a 3 kilobases) a medida que aumenta la edad. Sin embargo, ninguno de estos parámetros ha mostrado asociación con la presencia y extensión de aterosclerosis subclínica en la cohorte analizada.
Uno de los autores, Vicente Andrés, cree que hay que ser cautelosos con la interpretación de estos hallazgos ya que este estudio "es como hacer una foto en un momento puntual en la vida de un individuo" y todavía hay que determinar si la enfermedad arteriosclerótica progresa más rápidamente en aquellas personas que inicialmente han mostrado una LTL menor y/o mayor carga de telómeros muy cortos, o en aquellos sujetos en los que la velocidad de acortamiento de telómeros durante el envejecimiento es mayor.
No obstante, según matiza este experto, "este importante aspecto se podrá elucidar en el seguimiento que tenemos previsto realizar en los individuos que han participado en este subestudio del proyecto PESA".
"La combinación de técnicas de imagen no invasivas y el análisis mediante HT-QFISH permitirá evaluar concluyentemente si la medición de los telómeros en leucocitos de sangre periférica es un biomarcador útil para identificar aquellos individuos asintomáticos con mayor riesgo de padecer en el futuro enfermedad cardiovascular", ha añadido Valentín Fuster, director del CNIC que también ha participado en el estudio.