MADRID 14 Nov. (EUROPA PRESS) -
La medición de la longitud de los telómeros, unas estructuras protectoras especiales situadas en los extremos de los cromosomas, puede convertirse en un biomarcador "a tener en cuenta" en los próximos años para prevenir y diagnosticar aquellas enfermedades que están relacionadas con el envejecimiento, como el cáncer o el Alzheimer.
Así lo ha asegurado la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, con motivo del Simposio Internacional 'Los próximos 20 años en la investigación de los telómeros' que se celebrará los días 15 y 16 de noviembre en la sede de la Fundación Areces.
Según se ha observado, el acortamiento de los telómeros favorece el envejecimiento de las células del organismo, lo que "contribuye o es el detonante muchas veces de la aparición de enfermedades asociadas al proceso de envejecimiento", explica la doctora Blasco en declaraciones a Europa Press.
La longitud de los mismos está en parte "preprogramada" desde el periodo embrionario, ya que la "heredamos de nuestros padres" y, en algunos casos, también puede estar condicionada por una alteración en el gen de la telomerasa que provoca la aparición de telómeros "mucho más cortos de lo normal".
No obstante, hay estudios que han demostrado que el tamaño de los mismos varíe con el tiempo por culpa de diferentes factores ambientales, de ahí que se esté analizando la medición telomérica en estudios de seguimiento longitudinal, a fin de "conocer el impacto de determinados hábitos de vida, como la dieta, algunos suplementos nutricionales e incluso fármacos en la longitud de los telómeros".
"El objetivo es conocer el papel que juegan a la hora de entender la predicción de riesgos y el diagnóstico de enfermedades y el desarrollo de futuros tratamientos", explica esta experta, quien asegura que "puede ser un buen biomarcador, dentro de la medicina personalizada, para conocer el grado de envejecimiento de nuestras células". "Dará una idea del estado de salud, no será determinante pero si deberá tenerse en cuenta", asegura Blasco.
Para ello, diferentes grupos de investigación trabajan en el desarrollo de test de medición de telómeros que permitan conocer qué factores condicionan su longitud.
Uno de ellos está siendo comercializado por una 'spin off' del propio CNIO y, según reconoce esta investigadora, a través de una pequeña muestra de sangre mide de forma "muy precisa" los telómeros individuales de miles de células por individuo, "para tener una idea de cuál es la distribución de la longitud de los telómeros de esa persona".
"Así se pueden conocer cuál los valores medios de longitud telomérica, pero sobre todo se da una idea de la abundancia de telómeros cortos, que son los que son dañinos para las células", según Blasco.
Para la directora del CNIO, "una manera de afinar en este riesgo y saber el grado de envejecimiento de nuestras células sería midiendo la longitud telomérica, y ese sería la utilidad o valor que tendrían estos test".