MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
El tabaco, la microbiota, los virus y la dieta son algunos elementos ambientales "muy bien identificados" que influyen en la artritis reumatoide (AR), según ha explicado el jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Politécnico La Fe de Valencia, José A. Román.
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad reumática crónica, que afecta predominantemente a las mujeres. Aunque tiene una base genética y se han descrito elementos ambientales, actualmente se desconoce su causa.
"Interviniendo en estos determinantes de salud se podría influir reduciendo el riesgo de aparición de la enfermedad. Por ello, influir sobre factores de riesgo modificables en población de alto riesgo es posible, aunque se desconoce el resultado de dicha intervención", ha puesto de manifiesto el jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Politécnico La Fe de Valencia, José A. Román.
Durante el encuentro 'Lo mejor del año en AR' 2023, organizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER), con el patrocinio de Pfizer, el especialista ha constatado que "se sabe que la población con títulos altos tanto de anticuerpos anticitrulinados (ACPA) y Factor Reumatoide (FR) es la que con mayor probabilidad desarrollará en el intervalo de unos años una artritis reumatoide. Por lo tanto, detectar a población de riesgo con aumento de dichos factores y sobre ellos hacer educación sanitaria, incluso administrar fármacos, sería lo ideal. No obstante, esto sólo es factible en familiares de pacientes con AR, ya que son los que con mayor probabilidad tendrán mayor riesgo de tener dichos autoanticuerpos positivos".
De este modo, ha añadido que la mejor estrategia en este ámbito pasa por "lograr un diagnóstico lo más precoz posible, identificando a aquellos individuos considerados de alto riesgo, ya que 'a priori' permitiría implantar medidas preventivas que podrían detener el inicio y la progresión de la enfermedad. El tratamiento por objetivos y con un seguimiento estrecho ha demostrado mejorar claramente el pronóstico de la AR".
En cuanto a las perspectivas de futuro, Román se ha mostrado "muy optimista" a tenor de los resultados que los ensayos clínicos en este campo están aportando. "Disponemos de datos con algún fármaco que es capaz de retrasar y reducir la tasa de pacientes con artritis reumatoide, así como reducir significativamente la actividad inflamatoria medida mediante ecografía y resonancia magnética, y disminuir también la concentración de los autoanticuerpos relacionados con la AR (ACPA y FR).
De manera que, entender con mayor precisión la fisiopatología de la AR y afinar en el diagnóstico inmunológico preclínico, podría ayudar considerablemente en el abordaje de estos pacientes, y sobre todo cuando seamos capaces de encontrar fármacos que ofrezcan altos niveles de eficacia con máxima seguridad y mínimo tiempo de exposición a ellos", ha precisado.
Esta edición del curso ha cubierto una serie de temas de actualidad que abarcan desde la detección temprana de la AR, pasando por la utilidad de biomarcadores de actividad y futuras dianas terapéuticas, las AR difícil de tratar o el manejo de las comorbilidades asociadas, como la enfermedad cardiovascular, el cáncer o la sarcopenia.
"Aunque se ha avanzado mucho en el manejo de la AR en los últimos años, no solo por la disponibilidad de nuevos tratamientos, sino también por las estrategias enfocadas a un objetivo terapéutico, todavía tenemos grandes retos en nuestra consulta, como la AR difícil de tratar y el manejo de las comorbilidades. Entre estas, la más importante es el riesgo cardiovascular que sigue siendo la primera causa de mortalidad en los pacientes con AR", ha destacado Isabel Castrejón, coordinadora del curso.
Por otro lado, "la remisión libre de tratamiento es un objetivo deseado por la mayoría de pacientes y los datos de vida real de BIOBADASER, el Registro Español de Acontecimientos Adversos de Terapias Dirigidas en Enfermedades Reumáticas de la SER, nos pueden ayudar a identificar en qué pacientes se puede optimizar el tratamiento" ha indicado.
Además, durante el curso se ha hablado de nuevas dianas terapéuticas, así como sobre la implementación de estrategias de tratamientos por objetivos en la práctica diaria y la sarcopenia. En definitiva, esta iniciativa "ha resultado muy fructífera ya que ha servido para poner encima de la mesa diversas dudas que se plantean en el día a día los especialistas para el control y el cuidado de los pacientes afectados con artritis reumatoide", ha concluido José A. Gómez, coordinador del curso.
Según el estudio EPISER sobre prevalencia e impacto de las enfermedades reumáticas, realizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER), se estima que en España más de 300.000 personas padecen artritis reumatoide (0,82% de prevalencia), una enfermedad con importante impacto económico y en la calidad de vida de los pacientes.
El próximo 12 de octubre se celebra el Día Mundial de la Artritis Reumatoide y desde la SER han manifestado que apuestan por mejorar la visibilidad de dicha patología, así como impulsar la investigación, además de mejorar la formación de los especialistas en este ámbito.